En los últimos dos años, el Ecuador ha vivido seis convocatorias a las urnas. Cada elección tiene su costo: no solo económico, sino también emocional, institucional y democrático. En el mejor de los casos, los comicios permiten renovar liderazgos y revitalizar la participación ciudadana. En el peor, erosionan la confianza pública y siembran cinismo. Nos …











