La brutal y criminal represión, la violencia, arrogancia y prepotencia del gobierno de Daniel Noboa rebasa cualquier posibilidad de pensar que la democracia ecuatoriana sobrevive. Con mi corazón lastimado, con lágrimas en mis ojos, indignada por la mentalidad perversa, colonial y racista del presidente-dictador, el ataque miserable y cobarde a los pueblos indígenas se enmarca …









