Mi pequeña voz

Estefani Chalco Salgado

Esta semana escuché sobre el Día Mundial de la Voz. Puse atención desde la parte del valor artístico y su existencia para expresarnos musicalmente. Pero no fue sino hasta una manifestación de mi hijo de 8 años, que decidí escribir sobre ella.

Si bien este día se celebra desde 1999, su objetivo trasciende lo artístico, para generar conciencia sobre los cuidados de la voz y detectar enfermedades relacionadas con las cuerdas vocales. Es correcto precautelar el uso de nuestra voz, aprender a entrenarla, corregir la manera de repirar, tener hábitos adecuados sobre el volumen usado al hablar, evitar gritar, tratar adecuadamente una faringitis o laringitis, evitar productos irritantes.

Pero al ser una celebración de nombre general, podremos concienciar también sobre lo que la voz representa. Y esta partecita viene de mi pequeño.

Compartíamos “una cita” que le propuse para irnos juntos a comprar un pan que le gusta y una bebida. Me dijo – Mami, yo te invito, aunque no tengo dinero, pero quiero que sea mi invitación. – Muy bien, le respondí, yo te doy el dinero para que pagues. Cuando nos sentamos, comenzamos a hablar de sus gustos, sus sentimientos, lo que le parecía bueno o malo, y entonces le pedí bajar la voz, porque sentía que estábamos en un lugar público y no hacía falta que otros escucharan. Me dijo: – Mami no, tranquila, tenemos voz, y la tenemos para expresarnos, y eso no tiene nada de malo.

La voz es eso, participación activa, representación colectiva, y sobretodo personal. Es el medio de comunicación, interacción y expresión. Conforma nuestros sentimientos, da tono a nuestras emociones. Es un medio esencial, por funcionalidad, pero fundamentalmente porque es parte propia e identificadora. Porque nada confunde la voz de mamá o papá, porque es la identidad de un locutor, porque marca la diferencia de una cantante, porque simplemente hace nuestra esencia, acompañándonos hasta el final.

Sócrates decía que hay una voz interior para disuadirnos de algo, y quizá un niño, un hijo, también es esa voz infantil que necesita espacio. Escuchar su voz, brindarles un grado de participación adecuada, hará que tengan un mundo mejor. – Mami, deberíamos tener citas más seguido, porque así podemos expresarnos, es como que nos conocemos más.

Hoy pienso “así es, mi pequeña voz.” (O)