Las culturas (II parte)

María Rosa Crespo

OPINIÓN|

En el artículo anterior señalamos algunos aspectos relacionados con la definición de cultura y el aporte de los cañaris hasta nuestros días. Retomando el tema Lotman plantea en la tipología de las culturas: Los mecanismos de enseñanza y trasmisión que se encuentran conectados a diversos sistemas de organización interna, como a su propia dinámica histórica y las clasifica en dos: culturas textualizadas y culturas gramatizadas; a las primeras, Lotman las define como un comportamiento de un pueblo donde predominan los ejemplos, fundan la cultura en una suma de textos que se orientan a la expresión o significante. Las otras sobre el contenido o significado en su sistema de organización interna. Para Umberto Eco la primera es hipocodificada, la segunda se diferencia de la anterior porque es hipercodificada. Lotman comenta que las dos no son opuestas y pueden remantizarse como el sol y la custodia en la celebración del Corpus, esta dualidad cobra relieve en el Pucara en la división del Hanan pacha y Hurin pacha y en el vocabulario. Encontramos esta bipolaridad: Zara(quichua) montón (español). Con la invasión del incario, soberano a la vez supremo sacerdote e investido del poder militar, tenía como mandamientos: ama quilla, ama lulla, ama shua, no seas perezoso, no mientas, no robes). Como cultura hipercodificada para los cañaris, hay una mezcla en el vocabulario: Yanuncay (quichua cañari) Gullanzhapa (cañari quichua), al cabo de 60 años de su conquista, fue dominada por los españoles. El incario rendía culto al sol, poseía, el camino del Inca o ingañan una avanzada tecnología agraria, sistemas de riego, comunicaciones por medio de los chasquis, al llegar los españoles “Anocheció en la mitad del día” y se transformó, a su vez en cultura hipocodificada.  (O)