Tumulto de candidatos

Eliécer Cárdenas E.

OPINIÓN|                                     

Nada menos que 19, y casi 22, candidatos a la Presidencia de la República, han decidido “sacrificarse” por el país, presentando sus servicios como aspirantes al solio de Rocafuerte, García Moreno y Alfaro, pero también solio de otros personajes, de ingrata recordación, que han pasado por el apolillado y maltratado mueble, sobre el cual más de una cincuentena de posaderas presidenciales se han sentado, unas por poquísimo tiempo, horas inclusive, y otras que han huido apresuradamente en helicóptero o cargados de sacos con dinero, para vergüenza de la historia ecuatoriana, que a estas alturas no sabemos si es historia, o historieta de picardías e ineptitudes sin cuento, salvo un puñado de ex mandatarios de grata memoria.

Los candidatos se han ido reduciendo, como las barrigas de ciertas señoras gordas cuando se ponen fajas, tal es el caso de la fusión, entre empresarial y política, de las huestes de Jaime Nebot con las de Guillermo Lasso, que esta vez piensa que “a la tercera es la vencida”. También el ex presidente Rafael Correa, ha intentado constar en la papeleta de su agrupación, para lo cual incluso dio poder a su hermana Pierina para inscribirlo por él como candidato a la segunda magistratura, algo constitucionalmente vedado, ya que debía venir en persona y con sus propios pies al recinto del Consejo Nacional Electoral, para la inscripción, aunque corría con ello el riesgo inminente de ir a “cana”, no bien estampada su firma y rúbrica.

En los predios de indigenado, Yaku Pérez, casi es defenestrado de su precandidatura, por los resentimientos de sus contrincantes Iza y Vargas, que no le perdonaron que les haya “madrugado” en Pachacútik como candidato en firme. Yaku trató de conseguir a una “Pelucona guayaca” como su binomio, pero esta se alejó espantada cuando tuvo un “tete a tete”, o para decirlo en quichua, un “huma a huma” con líderes indígenas, que no le toleraron que sea medio italiana y bastante pelucona, algo impresentable para las masas cobrizas de la Cordillera y Amazonía.

Entre muchos otros candidatos, queda el “voto consuelo”, de quienes, que serán pocos, votarán por César Montúfar, que nunca se ha ensuciado las manos, como no sea con el engrudo con que el mismo pega la propaganda que confecciona de su bolsillo. (O)