Agua potable en Cuenca (parte II)

Por:  Eduardo Sánchez Sánchez

Urge una campana educacional intensa en hogares, centros educativos, iglesias, etc, con el propósito de aprender un uso responsable del noble compuesto, por ejemplo reducir el tiempo de duchado en 1 minuto significan 1,7 m3 por persona/mes. Cosa similar debe hacerse a nivel limpieza, lavado de ropa, higiene dental con un vaso de agua y no llave abierta, lavado de manos y de utensilios de cocina, etc. Solo si nos educamos garantizaremos servicio hídrico a las futuras generaciones. Esta táctica en un hogar de 5 miembros permite el contar con agua para muchas más personas como usuarios.  Se estima que un ecuatoriano gasta en promedio 249 litros  y la OMS recomienda sólo 100. Sabemos que existe un consumo excesivo, sobreexplotación de recursos naturales, contaminación de fuentes de agua, incendios de pajonales, destrucción de bosques andinos, avance de la frontera agrícola, minería de todo tipo, etc.

El riesgo es tan crítico que por lo menos 1 mes al año se produce riesgo de escasez de agua para 3.600 millones de personas, en 25 a 30 años el número será de 5.700 millones.

Sólo el 3% del agua en el mundo es dulce, y de ésta cifra apenas el 0,34% es apta para el consumo humano. Los mayores consumos de agua están relacionados con la agricultura y la alimentación. Así el riego agrícola emplea el 70% del agua disponible en el mundo, y como un ejemplo vale citar que un kilo de carne vacuna necesita 15.000 litros de agua.

Resulta impostergable el manejo racional, técnico, ecológico y respetuoso de la Naturaleza, del agua en los ríos cuencanos, cuyo ejemplo lo tenemos ya en el Machángara, con prácticas agrícolas, potabilización del agua en Tixán por parte de ETAPA, control de inundaciones, manejo de caudales, cuidado del recurso hídrico tanto en épocas de alta pluviosidad como en estiaje.  (O)