Radicalismo

Andrés F. Ugalde Vázquez @andresugaldev

Quiero iniciar estas palabras dejando claro que yo, como la mayoría de la gente, estoy de acuerdo con el progreso, la creación de riqueza y las medidas para ir ganando eficiencia y crear oportunidades (¿así se llama la ley no?). De lo que no estoy muy seguro es de que el concepto de crear oportunidades que tiene el gobierno y el que tengo yo sean los mismos.

Y vamos a ir por partes, puesto que ley trata varios temas (¿eso se puede hacer?), enfocándonos en lo que más nos preocupa: las reformas al régimen laboral. Reducción radical del pago por horas extras o suplementarias, imposición arbitraria del periodo de vacaciones, reducción del despido intempestivo y una hilarante figura en la que se sanciona al trabajador con su propio salario, entre otras perlas que es mejor no mencionar. Desde luego, comprendo la idea de darle un poco de oxígeno al sector empresarial tras el desastre económico de la pandemia, sin embargo, el oxígeno debe ser para todos, y no provocar un reflote del sector empresarial a costa del virtual sacrificio del proletariado.

Ahora claro, la ley como tal no me preocupa. El CAL ha devuelto el proyecto a Carondelet y aún si el gobierno lo vuelve a enviar, lo que sería un error político del que no se regresa ni con todas las vacunas del mundo, de todas maneras, dudo mucho que encuentre apoyo entre los nuevos padres de la patria, al menos los que valoran su capital político. Y aún si el parlamento diera paso a semejante proyecto, seguramente no tardarán en llover las demandas de inconstitucionalidad por la vulneración de todos los derechos laborales habidos y por haber.

Lo que sí me preocupa en cambio, y creo que es la cuestión de fondo, es que el gobierno se ha retratado de cuerpo entero y ha dejado clara su postura en materia económica, social y laboral. Y esa postura, al menos hasta ahora, orienta el timón hacia un radicalismo de derecha que asusta y preocupa, como todo radicalismo… (O)