Patrimonio inmaterial

Ana Abad R.

Una necesaria y urgente reflexión se precisa en torno a los cambios que estamos viviendo en nuestras costumbres y tradiciones en esta crisis sanitaria en la que nos debatimos. Sucesos de importancia vital en el proceso de fortalecimiento de nuestra identidad cultural –esenciales en nuestras relaciones sociales y comunitarias– como el Pase del Niño, la celebración del Año Viejo, los Inocentes, el Carnaval, entre otros merecen ser analizados por funcionarios y actores de la cultura, así como por los diferentes sectores académicos del país y, por supuesto, por la ciudadanía a fin de construir los mecanismos necesarios para generar espacios de debate y propuesta sobre cómo vivir nuestras diferentes expresiones culturales en medio de esta pandemia. Si no es posible vivirlas de igual manera en nuestro derecho ciudadano al uso del espacio público, pues debe mantenerse distancia física y, por tanto, su uso está restringido, bien valdría la pena aprovechar estas circunstancias para al menos implementar una profusa difusión de las características del valioso patrimonio inmaterial que tenemos, de sus símbolos y diversas manifestaciones para fortalecer nuestro conocimiento y, por tanto, las bases para conservarlo, vivirlo y trasmitirlo. (O)