Borradas

Ana Abad R.

Como si fuera así de simple: pintar sus nombres y borrar de la memoria los femicidios cometidos en contra de los cientos y cientos de mujeres víctimas de la sociedad patriarcal en la que vivimos. Como si fuera así de simple: exigir que la cárcel de Turi se vuelva regional para cuidar de la sacrosanta seguridad de la población avecina en Cuenca y resolver la delincuencia y la inseguridad, cuando sabemos que nuestra ciudad tiene el más alto índice de violencia intrafamiliar en el país. Como si fuera así de simple: blanquear las paredes y maquillar la ciudad para evitar la profunda “incomodidad” que ha causado que el puente “Vivas nos queremos” (Mariano Moreno) sea en estos tiempos símbolo de la lucha contra la violencia de género.  Hace pocos días borraron algunos nombres, sin embargo, hoy el puente parece revestido con cientos y cientos de nombres de mujeres que han perdido su vida en el país por feminicidio desde el 2014 y cuya memoria no podrá ser arrebatada como despojaron sus vidas, menos con latas de pintura; la intolerancia y la poca humanidad de una sociedad que pretende tapar el sol con un dedo es alarmante. Hoy más que nunca se vuelve cierto: “Quieren que dejemos de rayar sus muros. Fácil: dejen de matarnos”. (O)