Invierno; simbolismo y esoterismo

Tito Astudillo y A.

El santoral religioso como que direcciona nuestros días y grafica el transitar festivo expresado en celebraciones que, en su devenir aparentemente, han perdido componentes festivos iniciales a expensas de nuevos elementos culturales para, de esta manera, configuran motivos de celebración con simbolismo oculto y el invierno de siembras, germinación y nuevo ciclo agrario, es muy rico de estos contenidos.

San Edmundo y el Lobo, Santa Catalina y la rueda, san Andrés y el Ave fénix, son celebraciones del mes de noviembre, cada uno más rico de contenidos simbólicos, desarrollados en “El libro de las tradiciones” de Silva y Román. San Edmundo, festejado el 20 de noviembre, está asociado a la figura del lobo. Dice la tradición que un lobo custodió su cabeza, tras su decapitación, hasta que se recuperó su cuerpo para ser incinerado; atributos positivos del lobo están presentes en la mitología del origen de Roma: Rómulo y Remo amamantados por una loba. La dualidad lobo cordero del credo cristiano; el lobo y el pastor del clásico infantil para graficar virtudes; identificado con la guerra, con la fiereza y la agresión, con la solidaridad grupal y motivo literario, Lobo Estepario de Hermann Hesse. Santa Catalina, festejada el 25 de noviembre, simbolismo graficado en una paloma, ave que le alimentó en su cautiverio, y la rueda de su martirio; genuina expresión de la paz la primera, y del contenido zodiacal del universo en el que predomina lo cíclico sobre lo lineal y el sentido del espacio-tiempo que representa la rueda.

San Andrés, celebrado el 30 de noviembre, su simbología está referida con la resurrección y la inmortalidad en la medida que se le asocia al Ave Fénix, quemándose en una hoguera construida como cruz en aspa, semejante a la del martirio de Santo. También, en este mes, se celebra a san Clemente, el día 23 que, en el calendario Juliano, anuncia el invierno. (O)