Voz y relámpago de Mery Yolanda Sánchez

Aníbal Fernando Bonilla

A través de las palabras, Mery Yolanda Sánchez (Colombia, 1956) moldea imágenes que emanan de la vitalidad de las cosas y de los hechos. Es la sumatoria y yuxtaposición de esas palabras, con sus sonidos y acordes, ataviadas por sensaciones intensas que se expanden en la hoja, que siendo blanca, se torna multicolor, y provoca una sonrisa o una lágrima en la recepción lectora.

En sus poemas se advierte el vértigo que causa la madrugada, el río o el disparo. No hay concesiones en la confección verbal. Ella escribe desde el miedo, pero también desde la esperanza. Son textos dialogantes (con destello narrativo), ya que aparecen y reaparecen personajes de matriz popular, quienes en la urbe o en el campo eluden el odio y esquivan la abyección humana. Porque no cabe duda que los versos de Sánchez son auténticamente humanos, en cuyo contenido se aprecian vivencias que estimulan, hieren o lastiman. Recuerdos que se esparcen en una retórica diáfana que invoca a rostros desaparecidos, ciudades en donde habitamos, bocas vacías, tumbas demolidas, derrotas e injusticias, entre “el olor a huesos”, “el canto de los adioses”, y “el último vestigio en alas de mariposas”. Los cuerpos inertes de un país profanado poseen impronta propia: “en los labios de los muertos, la verdad es un error más”.

La ironía se propaga ante la música de la niñez ausente, el fracaso suicida, las tejas rotas de las casas y mujeres de senos vencidos, se confunde con las vísceras de la víctima y las botas del victimario, se erige como mecanismo de redención del verso cobijado de viento: “Un día maíz, sueños y verdes besos en el cielo”. La observación del entorno colombiano es en nuestra poeta de enorme significación. La búsqueda del resplandor es incesante. Tras la afectación que provoca la evidencia del flagelo y el espanto, viene el proceso textual, en un primer acercamiento. Y, luego, la depuración desde el ejercicio racional. Tamizado del lenguaje que es brillante en Sánchez, ante su obsesivo empeño por dar testimonio de su experiencia personal, que infunde sentido social.  

En la cabeza, los relámpagos (2023), titula la antología poética de Mery Yolanda Sánchez, de Ediciones de la Línea Imaginaria y La Castalia, con selección y prólogo de Aleyda Quevedo Rojas. Libro digital perteneciente a la colección Alfabeto del Mundo, que se suma a otros de la autora, en donde sus poemas son bocados para el alma en pleno averno.  (O)