Oferta de menú para Daniel y Guille

Jorge L. Durán F.

Desde el sur nos ofrecemos señor canciller para dar el menú a los invitados al cambio de mando previsto para el 23 de este mes, esperando que no sea el último día del lasismo y primero de lo mismo.

Qué va a gastar 600 mil dólares para lo más de una ceremonia en la cual Lasso se despoje de su banda presidencial en medio de rechiflas, y al joven Daniel, en medio de urras, le crucen la suya. 

Mire, para el almuerzo de bienvenida al joven Daniel, qué no ha de querer comer en vez caviar, pollo a la guayaca o patacones a la cartón, nuestro cuysito alimentado sólo con alfalfa y harina de maíz criollo.

Como acompañado, unas papitas doradas, doradas no pues con colorantes artificiales sino con achiote; mote bien pelado, aunque podemos darle con cáscara, dado que es mucho mejor para la digestión, porque la cáscara arrastra con todo por lo fibrosa que es; también arroz hecho en olla de barro, untado con mantequita de puerco, no con aceite; igual la ensalada con tomate riñón, cebolla bien lavada, no sea que el joven presidente se ponga a llorar antes de sentarse en el sillón presidencial, y qué sillón que ha de ser.

De entrada, puede ser unas truchas guaguas, no alevines por si acaso, mezcladas con salsa de culantro, de cilantro queremos decir, un poquito de limón criollo y rodajitas de zanahoria blanca.

Como postre, chicha de jora, un zhumircito, si quiere una punta, como quien les sirve de bajativo. No le ofrecemos avena Quaker porque el Noboita debe estar empachado de tanto beberla, y de venderla, además.

¡Qué más platazo! que le ofertamos señor canciller. Con eso usted ha de quedar súper que bien. Ya va a ver que la familia del joven Noboa se ha de quedar prendida del olor a cuy, ni se diga los invitados de chompa y de frac. 

Para la cena de despedida de don Guille, qué le parece un rico hornado, bien aliñado, con bastantes llapingachos fritos en tiesto; harto ají, unas hilachitas de lechugas, pepinillos y pimientos, más arrocito dorado con municiones, con arvejas queremos decir. Nos traiciona el subconsciente. Disculpará.

De entrada, puede ser morochito caliente, chumales o tamales. De postre, lo aconsejable es el zhurmircito; pues puerco y papa sí que llenan la barriga. De yapa le garantizamos luz porque llevaremos nuestro propio motor; ah, y unos diablillos porque hacen correr sin revirar a ver.

Qué le parece, cada plato a 2 dólares. Baratito. No ve que el mismo Noboita ha pedido no gastar tanto. Háganos saber su respuesta, no por ese portal que llaman compras públicas, sino por los “canales oficiales” o nuestro WhatsApp.

Estaremos atentos. (O)