De mal en peor

  Juan F. Castanier Muñoz

Con motivo del trámite del proyecto de ley económica urgente enviada por el ejecutivo, y que incluía la elevación del IVA al 15 %, así como el debate sobre las reformas al Código Integral Penal, la Asamblea Nacional ha desnudado, por enésima vez, sus debilidades, su manifiesta incapacidad legislativa y sus crónicos e inveterados vicios.

Cuando el presidente Noboa envió su proyecto económico urgente, en el cual la elevación del IVA constituía la “joya de la corona”, la mayor parte de legisladores, a la vieja y demagógica usanza, pusieron sus lanzas en ristre contra el proyecto que “afectaría a los más pobres del país”, “que perjudicaría el bolsillo de los desposeídos”. Unos, nada más atacándolo y sin ninguna adición propositiva, otros, intentando propuestas descoloridas  y raídas, como aquellas de que “paguen los que más tienen” o “que les cobren a los banqueros”. Total de totales, entre “yo soy pro IVA”, “yo soy anti IVA”, “yo propuse el archivo pero nadie me hizo caso” y “quierde” los votos, el 1 de abril entrará en vigencia el proyecto de ley, con un debate parlamentario digno del sueño y del olvido.

Lo de las reformas al COIP es otra vieja historia, con un grupo de “sapos” queriendo ganar el partido sin jugar el segundo tiempo, gracias a la ayuda de otro grupo de “sapos”, estos hechos los dormidos, que aprobaron por unanimidad un informe de la Comisión de Justicia, digno de la habilidad del cardenal francés Richeliu, del peruano Vladimiro Montesinos, del venezolano Diosdado Cabello o de los fluminenses hermanitos Alvarado, informe según el cual se oficializaba la impunidad en el pais y se abría las puertas para el posible regreso de “el innombrable”. Total, “déjenlo volver”, “cuidado que le dejen”, votaciones van, votaciones vienen, se han cumplido ya tres años del trámite y no es posible mejorar el COIP en beneficio de la seguridad del pais.

“Del lobo un pelo”. El CAL ha sancionado a la asambleísta que “por las alverjas” atacó y calumnió a la ministra Palencia en su comparecencia ante una comisión legislativa, siendo además reincidente en esta clase de actitudes, ¡que por lo menos se ponga orden! (O)