De nuevo el IESS

En Cuenca no faltan quejas de los afiliados por la carencia de determinadas medicinas en el hospital del IESS. Sus directivos no pueden explicar ante los medios de comunicación. Para hacerlo necesitan un permiso de la matriz en Quito, desde donde se practica una especie de “coloniaje” informativo.

En el programa “Vera a su manera”, dirigido por el periodista Carlos Vera, el presidente del Consejo Directivo del IESS, Eduardo Peña, entre otras “linduras” de este Instituto, señaló dos de las tantas modalidades de corrupción, ligadas a los prestadores externos de salud, es decir, clínicas y hospitales privados, donde son atendidos los pacientes derivados de la Seguridad Social.

No a todos los puso en el mismo saco. Tampoco los identificó; pero habría prestadores planillando sin nunca haber atendido a pacientes; o médicos del Seguro cuyo rol se limita a marcar la tarjeta y atender al enfermo en el hospital privado.

Las auditorías, cuyo objetivo es comprobar los gastos incurridos por los prestadores médicos, son otro vía crucis en el IESS. No las hace directamente sino por medio de terceros.

Están acumuladas miles de facturas sin ser auditadas, como hay miles de impagas. Todo esto agranda la millonaria deuda del IESS con los prestadores externos, cuya capacidad de resistencia ya no aguanta más.

Esté sábado, un remitido público enviado al presidente Daniel Noboa por el director-representante de una clínica privada de Guayaquil revela los líos por la ineficiente labor de una empresa auditora. Como este caso, debe haber muchos en el país.

Eduardo Peña tiene una expectativa. El Gobierno –dice- debe destinar más de USD 2.300 millones para el IESS tras la aprobación del alza del IVA.

También anuncia un proyecto de ley para “hacer sostenible al sistema de pensiones y al de salud”, subiendo los aportes y los años para calcular las pensiones.
Propuestas para mejorar el IESS abundan. Las más son tibias, parches; no encaminadas a resolver sus problemas estructurales.