¿Qué comemos?  (Parte I)

EDUARDO SÁNCHEZ SÁNCHEZ

Los seres humanos provenimos de primates que modificaron los hábitos alimenticios durante millones de años. Nuestros orígenes se remontan hasta unos 4 millones de años en África, en donde los homínidos fueron vegetarianos y posteriormente omnívoros, oportunistas y hasta carroñeros.

Nuestros mayores, comieron alimentos más naturales que actualmente, hoy prima la ingestión de productos ultra procesados industrialmente y que contienen una química sintética ajena al desarrollo de nuestros organismos durante millones de años de un proceso lento y estricto de evolución natural, además de una cadena de modificaciones genéticas en el mundo vegetal y animal.  (transgénicos). Nuestro ecuatorial país produce innúmeras frutas, sin embargo, abandonamos su consumo para adquirir jugos sintéticos a un costo muy superior, degradando lo más preciado, LA SALUD.

Nuestra salud está en dependencia directamente de la variedad de alimentos ingeridos, una dieta saludable no puede contener alimentos contaminados con pesticidas de la “moderna agricultura”, que busca dinero y no salud. Además, es el automóvil, el mecanismo que ha roto con una actividad natural como es la locomoción, utilizando musculatura y estructura ósea, propendiendo al sedentarismo, ingesta errónea de golosinas en vez de alimentos y exceso de dietas, todo ello produce obesidad mórbida, diabetes, cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y el cada vez común cáncer. A esta modificación se la denomina discordancia evolutiva dietética, con un aumento de ingesta energética y disminución de su gasto (sedentarismo, hábitos citadinos, etc), disminución del consumo de fibra y carbohidratos complejos en guisantes, fríjoles, granos y hortalizas. Así también un aumento de las dietas innecesario, conteniendo grasas saturadas, grasas trans (mantecas y margarinas vegetales, provenientes de aceites de baja calidad que han sido hidrogenados) y causante del sobrepeso tan común aún en niños. (O)