Una fiscal de excepción     

Hugo Darquea López

Desde hace algún tiempo he querido escribir sobre Diana Salazar Méndez designada fiscal general del Estado por sus méritos y calidad académica, fue sintomático que inmediatamente a su nombramiento por parte del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social Transitorio, presidido por el doctor Julio César Trujillo Vázquez,  los prófugos de la justicia impugnaron tal decisión, sin pruebas los delincuentes siguen hasta hoy, tratando de lograr su destitución, ahora mismo, por medio de un juicio político en la Asamblea Nacional con una presunta mayoría del pacto entre RC5, PSC y el bloque gobiernista ADN.  Estos dos sectores dicen que no apoyan tal propósito porque busca la impunidad de los delincuentes prófugos de la justicia.  Veamos hasta dónde llegan… 

Durante todo el tiempo de su gestión su temple estuvo a prueba, con decisión y armada  solamente por su capacidad académica y su valor indudable de probidad total, la doctora Diana Salazar Méndez, rescata la fibra noble de las raíces históricas de nuestra sociedad, para enfrentar al delito, al crimen organizado y a las mafias internacionales que han invadido el servicio público y han infestado a la misma sociedad con las prácticas del soborno, del facilismo rápido de fortunas mal habidas y  en momentos, aciagos erigirse en los nuevos poderes de una comunidad social, víctima de tales desafueros. 

Dos nombres emblemáticos resumen su gestión de  años y cuyos efectos les vemos concretarse: Metástasis y Purga, el primero puso en evidencia la confabulación de los carteles o mafias, que aún desde las cárceles controlan a los sicarios y delincuentes disfrazados con ropajes de asambleístas, jueces y políticos, que consuman sus propósitos de penetración calculada del sistema público del Ecuador, el mismo magnicidio de Fernando Villavicencio, encuentra allí su vertebración siniestra y Purga, que pone al descubierto uno más de los tentáculos de la corrupción profunda que afecta al Ecuador.

La Gestión de Diana Salazar tiene todo nuestro apoyo. (O)