Empleo o desempleo

El presidente Noboa afirma que están por los 50mil los nuevos empleos creados por su gobierno, mientras que, hace pocos días, se hizo pública información desde el Ministerio de Trabajo donde se da cuenta de unas 80 mil actas de finiquito, es decir pérdida de empleo, que han tenido lugar durante los primeros meses del 2024.  Luego, desde esta misma Cartera de Estado, se afirmó que se firmaron 165 mil nuevos contratos de trabajo de los cuales 65mil corresponden a empleo joven.  En contraste, las cifras del INEC ubican la tasa del desempleo, a enero de 2024 en 3,9 %, con el 54,6 % de los trabajadores ubicados en el sector informal de la economía.

Las cifras, expuestas así desde diferentes vocerías gubernamentales dejan ver fallas en la gestión y en la comunicación del Ejecutivo.  Con el frente de la violencia e inseguridad todavía en la mesa, el sector de la economía comienza a pasar de amarillo a rojo en el espectro de prioridades de la agenda gubernamental, por lo tanto, lo primero que requiere el Ejecutivo es una mejor directriz de gestión y de comunicación.

Está claro que el fomento al empleo joven, a partir de las políticas de incentivos tributarios propuestos por el gobierno, deberían comenzar a dar frutos.  La comunicación de esos resultados debe ser mejor articulada, no solo desde videos de TikTok sino desde canales transversales y más formales de interacción con la ciudadanía. 

La precarización laboral va a encontrar un espacio de conversación con la Consulta Popular en lo relacionado al trabajo por horas.  El gobierno deberá implementar un discurso que permita entender mejor su propuesta de incentivo al empleo y cómo se asegura de no comprometer derechos laborales conquistados. Lamentablemente, lo que hasta ahora se conoce, genera más confusión e incertidumbre.