¿Cuándo y por qué el presidente tomó la decisión de aplicar la ‘muerte cruzada?
La tomó previa a su comparecencia a la Asamblea, entre la noche del martes y la madrugada del miércoles, luego de analizar las primeras intervenciones en el debate, donde se avizoraba el irrespeto a la Constitución. Porque les advertían que era inconstitucional, pero decían que no importa, hay que botarle al presidente; no tenían documentos, igual no importaba.
-¿Tenían los votos para destituirlo?
Probablemente el presidente tenía los votos, eso es algo que nunca lo sabremos, pero no iba por ahí, iba por el irrespeto absoluto, desoyeron todo. Fue una decisión patriótica y cívica, porque el presidente acortó su período, legítimamente ganado, por la paz del Ecuador, dejando que el pueblo decida, esa actitud de desprendimiento es de sacarse el sombrero.
¡Si el presidente se salvaba, le iban a dejar gobernar?
Es muy probable que no, los dos años vividos fueron una muestra del grado de irracionalidad de la Asamblea. Tuvimos más de 3 mil pedidos de información, más de 300 comparecencias de los ministros, a mí me tocó estar hasta en cuatro comisiones en un mismo día, contestando las mismas preguntas. No nos querían dejar trabajar, era una Asamblea espuria, con criterio de perseguir y no de servir; tal vez el presidente habría ganado, pero se dio una degradación absoluta de la democracia que no habría sido fácil de recuperar en el tiempo.
¿No fue una decisión muy fuerte la ‘muerte cruzada?
Fue fuerte, pero menos fuerte de lo que iba a ser la destitución de un presidente por un delito inexistente, qué imagen, qué precedente dejábamos para el futuro, que un presidente sea juzgado por lo que hace un ministro de Estado, era increíble.
– ¿Por qué la Asamblea se equivocó tanto?
Es la peor Asamblea de la historia y es porque un gran número de asambleístas no sabían ni por qué llegaron, llegaron arrastrados por Yaku Pérez y Xavier Hervas, pero ni se imaginaron cumplir esta misión, ahí está el resultado, una Asamblea que desconoce la Constitución, el dictamen de la Corte Constitucional, el informe de la Procuraduría General del Estado, la Ley Orgánica de la Función Legislativa, acusándolo al presidente de la República de nada.
– ¿Cómo cree que estuvieron los asambleístas por Azuay?
Por primera vez en nuestra provincia tuvimos asambleístas que no le aportaron en nada al país, excepto Sofía Sánchez que, más allá de las diferencias ideológicas ha sabido poner sus puntos de vista inteligentemente; por otro lado, estaba el asambleísta interpelador (Rodrigo Fajardo), que no podía ni leer las preguntas, ese señor no volverá a ver la Asamblea ni en televisión.
– ¿El presidente buscará la reelección?
Nos ha dicho que es lo último en lo que se va a pensar, nos debemos concentrar en sacar los proyectos con mayor celeridad. Sin embargo, nuestro movimiento va a tener candidatos en las 28 jurisdicciones legislativas y el binomio presidencial estará presente, nuestro principal líder es el presidente, pero es una decisión personal.
¿Usted aceptaría la candidatura a la presidencia?
Yo soy un soldado que, si necesitan que esté levantando banderas en el proceso electoral, así lo haré, si quieren que esté en una de las instancias representativas más altas, ahí estaré. Lo que estamos forjando es una representatividad seria, que respete el republicanismo, la democracia y el estado de derecho, versus el autoritarismo y la dictadura que representa el correísmo.
– ¿Le preocupaban los juicios políticos en su contra?
La Comisión de Fiscalización la iban a integrar las asambleístas Mireya Pazmiño y Viviana Veloz, a quienes en debates públicos les dije que todo lo que hacían era una barbaridad, porque no leían y si leían, no comprendían y si poco comprendían, mentían. Por lo tanto, yo sabía que iba a llegar a un ambiente en el que los votos me iban a sobrepasar, pero eso me tenía sin cuidado, incluso me ilusionaba llegar a demostrarles, de manera didáctica, cómo funcionan los bonos en el país, porque me que- rían enjuiciar por cumplir la ley.
– ¿Cuánto avanzó en su ministerio, qué queda pendiente y qué logrará en seis meses?
Con la vertiginosidad que pusimos, alcanzamos el 65 % de nuestras metas, dejamos armado casi todo y en estos seis meses, si puedo seguir sirviendo al país, podríamos superar el 80 %.
– ¿Qué se hizo mal?
Sería pretencioso decir que no nos hemos equivocado, pero las supuestas equivocaciones más responden a una narrativa que corresponden al absolutismo de la oposición, en donde se dice que no se hizo nada. Lo que hemos sido es prudentes al informar y ese tal vez fue nuestro grave error, fuimos un Gobierno que hizo mucho e informó poco, los excesivos escrúpulos del presidente le llevó a no gastar 150 millones de dólares en información y destinarlo en combatir la desnutrición. Quito.- (ASM)-(I)