Este 20 de agosto quienes acudan a las urnas en Ecuador recibirán una papeleta extra que corresponde a la consulta popular sobre la extracción o no del petróleo que hay en el Parque Nacional Yasuní. Aquí se presentaron dos visiones sobre la consulta del Yasuní.
Los electores deberán responder sí o no a la pregunta: “¿Está usted de acuerdo en que el Gobierno ecuatoriano mantenga el crudo del ITT, conocido como Bloque 43, indefinidamente en el subsuelo?”
El colectivo denominado como Yasunidos presentó en 2014 unas 757.000 firmas de respaldo para pedir que se haga este plebiscito; pero esto no fue aceptado por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Biodiversidad
El objetivo de este grupo de voluntarios es blindar al Yasuní, donde hay más de 2.000 especies de árboles y arbustos, 610 de aves, 121 de reptiles, 204 de mamíferos, 150 de anfibios y más de 250 de peces.
De acuerdo con datos de la Empresa Pública de Hidrocarburos del Ecuador (EP Petroecuador), parar la explotación en el Yasuní significaría una pérdida de cerca de 16.500 millones de dólares.
De allí que hay posiciones a favor y en contra de este plebiscito, pues por una parte está el interés de protección del medio ambiente, y por otra la necesidad de recursos económicos que tiene el país.
Patricio Vargas, presidente de la Cámara de la Minería de Azuay
Para Patricio Vargas, presidente de la Cámara de la Minería de Azuay, con una consulta popular no se logra evitar impactos en el Parque Nacional Yasuní, en la Amazonía del Ecuador.
“Si es que se deja de extraer el petróleo allí con seguridad van a entrar madereros, colonos y otras personas que harán actividades agrícolas provocando un daño mayor…”, señaló.
Y es que, de acuerdo con Vargas, la presencia del Estado y de las empresas concesionarias privadas garantiza que extraños no ingresen a este lugar a contaminarlo.
“Este lugar está junto a campos petroleros peruanos, y con la tecnología que hay actualmente se podría hacer una explotación en horizontal y se terminarían llevando este petróleo…”, manifestó.
Acotó: “el Estado no tiene la capacidad para cuidar esta área, por lo que en poco tiempo veremos que está invadida y con actividades que resultan más contaminantes…”.
Para Vargas, detener la actividad petrolera significaría ahuyentar a inversionista extranjeros, dado que no hay seguridad jurídica para proteger sus inversiones.
Recalcó: “no aprovechar el petróleo significaría menos recursos para todos, menos empleo, menos desarrollo, menos divisas, y al país le será muy difícil conseguir créditos internacionales…”.
David Fajardo, integrante del colectivo Yasunidos, en Azuay
David Fajardo, miembro del colectivo Yasunidos, en Azuay, considera que votar sí en la consulta popular del Yasuní es “una manera real de luchar contra la crisis climática”.
“Hay que alcanzar el objetivo de no sobrepasar 1,5 grados de aumento de temperatura global para mediados de este siglo, para esto hay que dejar al menos el 58% de las reservas de petróleo bajo tierra…”, dijo.
Para Fajardo combatir el cambio climático es una de las mayores urgencias que tiene el mundo, debido a que a consecuencia de este se han presentado fenómenos naturales que han dejado miles de muertos.
“Es necesario que desde Ecuador hagamos nuestra contribución en esta lucha global contra la crisis climática y la mejor manera de hacerlo es justamente no explotando el petróleo en la Amazonía”, afirmó.
A criterio de Fajardo no es verdad que si se deja de explotar el petróleo en el Yasuní el Ecuador perderá más de 1.200 millones de dólares anuales.
“Ese valor ficticio sale de calcular que en el bloque 43 se extraen anualmente 55.000 barriles al año con un precio de 60 dólares el barril, a eso le multiplicamos por los 365 días del año…”, precisó.
Explicó: “con un precio promedio del barril, de 51 dólares, y con un costo de producción de 35 dólares por barril, el ingreso de la explotación petrolera del bloque 43 para 2023 es de 320 millones de dólares…”.
