La reflexión de hoy es sobre la urgencia de mantener la entereza para hacer de cada minuto una exaltación a la existencia; y que ésta, nos invoque para actuar con decoro.
Mantengamos la certeza de que aún tenemos la oportunidad de vivir al máximo. Reconozcamos con humildad lo que podemos ser y hacer para celebrar la vida, en medio del dolor y la injusticia.
Es difícil celebrar, cuando en Ecuador muere una persona al día bajo la mano del crimen organizado, y fallecen al desamparo de la violencia, inocentes menores de edad, ajenos de esta ignorancia.
Así, hay experiencias que nos dejan un sabor dulce y otras un sabor amargo; ocasiones que estamos en la cúspide y otras que son más bien un desafío.
Sin embargo, festejemos la vida que fluye y continúa, porque las campanas de Jerusalén aún suenan para todos y se escuchan aquí, en Israel y en Gaza.
Les invito a celebrar esta Navidad cantando a la manera de Chris Martin, de la banda de rock inglesa, Coldplay “Viva la Vida” (2008); una obra maestra inspirada en eventos históricos, en la Revolución Francesa, y en el arte de la mexicana Frida Kahlo, “Viva la Vida” ,el bodegón luminoso de intensas y vibrantes sandías (1954); cada uno, en su propia época y con un estilo artístico único, evocan situaciones penosas, mientras valoran lo vivido.
Hoy, aunque el grito desesperado para dar fin a este carnaval de poder y odio, se escuche vagamente, clamemos a los que controlan el mundo, a que activen su sentido de compasión con una honesta ausencia del ego.
Mientras tanto, sigamos con las Pascuas, festejando los deseos de bienestar y las propuestas encaminadas a la paz, la seguridad y la prosperidad sostenible del planeta entero. (O)