A propósito de algunas las inobservancias a la Constitución y la Ley que se han dado en Ecuador en los últimos tiempos, sobre todo por parte del Gobierno, es oportuno resaltar el respeto que se debe dar al orden jurídico como base para existencia misma del Estado y sus instituciones.
El Estado, a más de estar compuesto por un conjunto de órganos e instituciones, está también compuesto por las normas legales y los principios que rigen el funcionamiento de esos órganos e instituciones, a saber: la Constitución y las Leyes, y los reglamentos y procedimientos.
Es que, a diferencia de otras instituciones que conforman la sociedad, el Estado es una institución que se distingue por su capacidad de elaborar y hacer cumplir las Leyes a la población, para lo cual hace uso de la coerción; un uso que se hace posible a través de la policía, ejército, tribunales y centros penitenciarios.
En este marco, si un Estado hace las leyes, pero no tiene capacidad de hacerlas cumplir, ha perdido su poder, su soberanía; pudiendo terminar como un Estado fallido; en una situación que puede conducir a la anarquía o al caos en la sociedad.
Ahora, para que exista el Estado, en su sentido moderno, no es suficiente que tenga poder político, sino que es necesario que este poder esté organizado jurídicamente; siendo esto precisamente lo que distingue al Estado propiamente dicho de las formas pre modernas de organización del poder político. Gracias a que está organizado en base a las normas o leyes, el ejercicio del poder político estatal está regulado y limitado, evitando que se transforme en un poder despótico o arbitrario. De esta forma el poder del Estado moderno es un poder de las leyes y no de las personas, cuestión esta última que sucedió por ejemplo en las llamadas monarquías absolutistas.
Sobre la importancia del derecho, para la organización del poder político y para el funcionamiento racional de la sociedad, Enrique Neira en el libro “El saber del poder” afirma que: “Sin el derecho el poder que gobierna la sociedad sería una fuerza ciega, incontenible y fácilmente indomable. Sin el derecho la sociedad quedaría desamparada, a merced de la voluntad y capricho de los gobernantes de turno. El derecho racionaliza el poder político y la autoridad”. (O)