Se empieza a limpiar a la justicia corrupta

La exfiscal Diana Salazar dejó una vara muy alta de alcanzar cuando llegue su sucesor. Los casos que investigó con su equipo fueron detonantes, y han generado lecciones inequívocas para despertar hacia un futuro en el cual la justicia se empodere de decencia, se eliminen a los malos operadores, y los pésimos actores públicos o privados de la sociedad sean juzgados con todo el rigor de la ley.

El ex juez Emerson Curipallo, residente en la prisión de “La Roca” y ahora colaborador eficaz en el caso “Vidrio Libre” cuya audiencia se inició la semana pasada, contó con lujo de detalles como, a través de sus aberrantes actuaciones, permitió el habeas corpus a favor de Jorge Glas, operación que tuvo a Wilman Terán como el actor principal, y de  “coordinador” nada más ni nada menos que a alias “4 pelos”, también llamado “Jerónimo”  o “Ají con mote” dependiendo del objetivo delincuencial a alcanzar.

Lo dicho por Curipallo, el séptimo sentenciado en el caso Metástasis impulsado por Salazar, demuestra la estructura podrida en la cual se involucró la justicia ecuatoriana; los asambleístas despreciables de la RC del anterior período votaron en contra de censurar a Terán, demostrando lo que ha sido un secreto a voces: este “diablo” fue un empleado más del conciliábulo gestado desde Bélgica para buscar la impunidad, convirtiéndose en imprescindible como presidente del Consejo de la Judicatura con lo cual blindaría a quienes delinquían como terroristas, narcotraficantes o políticos impulsados por la codicia de hacer dinero a través de medios reñidos con la moral y la ley.

Reconociendo que en el Ecuador la gran mayoría de operadores de justicia son probos y honestos, no se puede soslayar la existencia de una plataforma de jueces corruptos que siguen liberando a sentenciados; persisten fiscales pusilánimes, inhibidos de acusar teniendo pruebas irrefutables para impulsar los juicios, siendo extremadamente permisivos con abogados indecentes que hacen piruetas indeseables, a las cuales muchos les llaman “estrategias de defensa” dejando a la sociedad en completa indefensión.

En esta nueva época se destacan por sus decisiones para terminar con estas temeridades jurídicas, a través de sus competencias, el presidente Noboa, el ministro del interior John Reimberg, y el asambleísta por el Azuay Adrián Castro, hombres valientes que han mostrado al país los nombres y rostros de quienes, entre varios casos, se han burlado también del trabajo arduo de la policía y las fuerzas armadas. Ahora, ante la prestancia y solidez de las investigaciones y denuncias de los briosos personajes nombrados, el Consejo de la Judicatura ha empezado a destituir a jueces corrompidos. La “fiesta” del libertinaje jurídico va a terminar en el mediano plazo, pues la estructura que el correísmo construyó sigue siendo fuerte. A los ecuatorianos de bien nos toca apoyar todas las acciones para contrarrestar a este grupo de delincuencia organizada, a quienes les tomó más de 10 años construir algo concebido como eterno, despreciando a un pueblo ahora levantado que exige decencia, y pide a gritos recuperar la tutela judicial efectiva. (O)

Econ. Gerardo Maldonado

Economista, abogado. Posgrado en Finanzas y Proyectos INCAE Bussiness School. Máster en Administración en Tecnológico de Monterrey. Actualmente cursa una maestría en Derecho de Empresas. Poeta y escritor.

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