La norma, que aún tiene que ser aprobada por el Senado, obtuvo la mayoría absoluta del Congreso, 198 de los 350 diputados, fundamentalmente de partidos de izquierda, con 138 votos en contra y dos abstenciones.
La ley reconoce la eutanasia como derecho y se incluirá como prestación gratuita del Sistema Nacional de Salud español. El paciente deberá confirmar la voluntad de morir al menos en cuatro ocasiones a lo largo del procedimiento y los médicos podrán acogerse a la libertad de conciencia.
Los parlamentarios discutieron sobre la vida, la muerte y si cada persona tiene derecho a poner fin a sufrimientos intolerables sin perspectiva de curación o mejoría.
«Como sociedad, no podemos permanecer impasibles ante el sufrimiento intolerable que padecen muchas personas; España es una sociedad democrática lo suficientemente madura como para afrontar esta cuestión», subrayó el ministro de Sanidad, el socialista Salvador Illa. Esta ley impone «sentido común y humanidad», agregó.
Por su parte, el Partido Popular (conservador) y Vox (extrema derecha) reivindicaron los cuidados paliativos como alternativa a la eutanasia.
Sin embargo, el resto de la cámara subrayó que no bastan y se decantó por una ley garantista para que la ayuda médica a morir en un centro sanitario o en el domicilio deje de ser ilegal, tras un proceso deliberativo y con el control de una comisión especifica. EFE