Hace siete años llegó a Cuenca Luca Pallanca para fundar su pizzería. Además de la gente que llegaba a consumir, había personas que vivían de la calle y pasaban por su restaurante para pedirle comida. Fue entonces que decidió entregar lo que no se vendía en el día. Hasta antes de la emergencia sanitaria, en promedio ayudaba, a diario, a 20 personas.
Pero una vez que el COVID-19 causó estragos, alrededor de 200 personas empezaron a congregarse en las afueras de su pizzería. En las primeras horas de la mañana es ya común ver una fila de personas en la calle Presidente Córdova, quienes esperan su comida por parte de Luca. Pero ello no podría ser una realidad sin la solidaridad que incentiva Luca.
“Sin el apoyo de la ciudadanía sería muy difícil ayudar. Hemos superado las ayudas que ya no solo se quedan en lo que entregamos en las mañanas afuera de la pizzería. Semanalmente enviamos comida a los barrios rurales que más lo necesitan”, dijo Luca.
El nombre del italiano es bien conocido, a tal punto, que es uno de los pocos que pueden detener el tránsito vehicular -sin que nadie se queje- para que un camión lleno de canastas de alimentos pueda estacionarse en medio de la calle.
“Hace unos días, con mi compañero teníamos vergüenza porque el camión no tenía dónde parquearse, y necesitábamos esas canastas para entregar a la gente que no tiene. Nadie pitó, nadie dijo nada, solo nos aplaudieron. Esa es la ciudadanía que nos apoya”, agregó Pallanca.
Entregas
En diciembre del año anterior, Luca organizó una colecta para entregar juguetes a los niños de las parroquias rurales de Cuenca. Su llamado obtuvo buenos resultados, y hace tres semanas volvió a hacer lo mismo.
No obstante, la respuesta sería diferente. Con el apoyo de diversos medios, el pedido de Pallanca se extendió, y de pronto, los juguetes empezaron a llegar: el primer día fueron algunas docenas, el segundo día se convirtieron en algunos cientos, y hasta la noche del 18 de diciembre, en un centro de acopio prestado por la Unión Nacional de Educadores (UNE), reposaban más de 10.000 juguetes. El número, para Luca, es sorprendente y refleja la bondad de la ciudad.
Ahora, el italiano y docenas de voluntarios iniciarán hoy con la entrega de lo recolectado. En primera instancia, en las afueras de la pizzería, 25 barrios recibirán juguetes, jugos y pan navideño. Luego iniciará una caravana que recorrerá las parroquias rurales del cantón para continuar con la entrega de juguetes. En caso de que lo recolectado no se entregue en su totalidad, en los próximos días se programarán nuevas donaciones.
Salud
Además de los juguetes y los alimentos, Luca gestionó para que 16 médicos atiendan gratis a las personas que no cuentan con dinero. Los lunes, miércoles y viernes, los profesionales de la salud se reúnen en el auditorio de la UNE, ubicado en las calles Presidente Córdova y Borrero, para revisar a los pacientes. Por el momento, entre 30 y 40 personas son atendidas diariamente.
Los interesados en asistir a las consultas gratuitas solo tienen que acercarse a la UNE y formar parte de las filas de atención que se forman en las afueras del edificio.
Otro de los objetivos de Luca es conseguir donaciones de medicamentos. Hasta ahora ya se han conseguido algunas medicinas, pero con el aumento de pacientes, se requieren más de ellas para la atención. (I)
- En noviembre pasado inició la campaña de recolección de juguetes. El último lote se recibió el 18 de diciembre.
- Empresas privadas han donado 10.000 jugos y 2.000 panes navideños para ser repartidos a los niños.
- Las primeras entregas se llevaron a cabo el 18 de diciembre en Molleturo, en donde se entregó ropa y juguetes.
- Los lunes, miércoles y viernes médicos atienden sin costo a las personas de escasos recursos.
- A diario, Lucas entrega desayunos gratuitos a quienes viven en la calle o no cuentan con dinero para alimentarse.
- La pizzería de Luca se encuentra ubicado en las calles Presidente Córdova y Borrero.