El 6 de junio del 2021, lo peruanos dieron la bienvenida al modelo económico del socialismo del siglo XXI. Un total de 25.2 millones de electores, en medio de una sociedad polarizada, se inclinaron por el candidato Pedro Castillo, de Perú Libre, el personaje del lápiz y sombrero de paja.
A pesar de que, en los primeros sondeos de opinión luego de cerradas las urnas, daban como ganadora a Keiko Fujimori, de Fuerza Popular, al contabilizar los votos de las provincias rurales las cifras de la ventaja fueron disminuyendo hasta que la tendencia se revirtió.
Pero muchos se preguntan quién es Pedro Castillo y cómo hizo para recibir el apoyo de la población. Castillo, de 51 años, era un maestro rural nacido en Cajamarca, en la sierra norte de Perú. En 2017 saltó a la palestra pública al liderar la huelga de profesores que exigían el aumento de sus salarios. La paralización duró 75 días y puso en aprietos al gobierno de Pedro Pablo Kuzcynski. Ha luchado por visibilizar al sector rural.
Entre sus principales propuestas de gobierno propone la estatización de los sectores estratégicos, fortalecer el Sistema Nacional de Pensiones; aumentar el gasto público para el sector de la agricultura, salud y educación; reformar la Constitución y que el Estado regule el mercado. También ha mostrado una postura conversadora pues no apoya el aborto, la eutanasia, el matrimonio igualitario ni legalización de la marihuana.
Por su parte, Keiko Fujimori ha intentado por tercera vez llegar a la presidencia, incluso ha pasado a las segundas vueltas electorales, pero la figura de su padre le ha jugado en contra.
La lideresa de Fuerza Perú ha apostado por un modelo neoliberal, que años atrás fue implementado por su padre Alberto Fujimori, pero que en los últimos 30 años no han cambiado las condiciones de las familias más pobres del Perú.
En la pandemia las brechas sociales fueron más marcadas, pues se evidenció el deplorable sistema de salud pública. Este país ha sido uno de los más afectados de la región por el COVID, con altos índices de personas fallecidas. El apoyo del gobierno fue deficiente con las poblaciones menos favorecidas.
La hija mayor de Fujimori también ha sido encarcelada por tres ocasiones por escándalos de corrupción; además, enfrenta una pena de 30 años de prisión por supuestamente liderar una organización criminal que habría financiado su candidatura anterior.
Inclusive, los cuatro presidentes anteriores están salpicados por casos de corrupción. Por todos estos acontecimientos los peruanos han elegido otro modelo político.
El pasado 15 de junio del 2021 la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) culminó el conteo de las 86.488 actas electorales de la segunda vuelta. Pedro Castillo obtuvo el 50.12% (8835.579 votos) y Keiko Fujimori el 49.87% (8
791.521 votos). Perú da la bienvenida al socialismo del XXI luego de más de 30 años de gobiernos de derecha. (O)