No es caer en contradicción dedicar este trabajo en contra del sistema digital y a la par invitar a descargar el libro de Manfred Spitzer ‘Demencia digital’, que ilustra los efectos de esta comunicación en la conciencia, situada en el cerebro. De hecho, aquí una paradoja: ¿los medios digitales democratizan la educación y la cultura, o, acaso son las más antidemocráticos en los tiempos que corren? Lo primero, porque cualquier cristiano puede utilizar el conocimiento a través de esta vía; lo segundo, porque la inmensa mayoría no dispone de esta herramienta.
Volvamos al tema que advierte el neurólogo y psiquiatra alemán Spitzer, pero antes adiestremos al lector que el encéfalo, encerrado en la cavidad craneana está formado por el bulbo raquídeo, el cerebelo y el cerebro, éste responsable de los movimientos voluntarios, el habla, la inteligencia, la memoria, las emociones… El cerebro es el procesador de millones de informaciones que recibe del mundo exterior y de sí mismo a través de los sentidos, que por cierto no son los cinco tradicionales sino al menos el doble.
Debido a los avances científicos en todos los campos de la vida, la raza humana tiene hoy un promedio de vida muy superior al de décadas pasadas. El proceso de los medios de comunicación y transporte, la urbanización, el aumento de la escolaridad, etc., le permitió a la humanidad ejercitar, cultivar y mejorar la inteligencia. Más, como anuncia el doctor Spitzer, el perfeccionamiento de los ordenadores, de las redes sociales, de Internet… estarían llevando a la locura.
El uso desmedido de la comunicación digital entraña peligros inmensos en niños y adolescentes, quienes pasan más del doble del tiempo con medios digitales que en la escuela. Manfred Spitzer asegura que esto lleva a trastornos del lenguaje y del aprendizaje, déficit de atención, ansiedad, propensión a la violencia. Por tal motivo invoca a profesores, padres de familia y líderes considerar este fenómeno que está llevando a una crisis humana.
Añado que hace falta una pedagogía digital, a fin de que no solo se aprenda lo tecnológico sino quizá más importante la utilización de la invasión de contenidos. Antes de concluir: se ha demostrado que el libro tradicional es más beneficioso para el desarrollo de la inteligencia, porque obliga consciente o inconscientemente a la reflexión; lo digital entorpece, porque se fía de todo lo que se dice, volviéndole al cerebro perezoso y prematuramente viejo. (O)