Después de 11 días de pedalear acostados y con la fuerza neta de sus brazos, el cuencano Esteban Ortiz y el quiteño Patricio Holguín -deportistas parapléjicos de alta competencia- completaron este sábado 21 de agosto los 1.100 kilómetros de la primera etapa del reto inclusivo “Bicibilizando”.
Todo empezó en el puente de Mataje, en la frontera entre Ecuador y Colombia, y terminó en Huaquillas, en la frontera entre Ecuador y Perú, pasando por toda la costa ecuatoriana.
“Es algo que muy pocos estarán preparados. Le soy franco, yo mismo pensé que no lo iba a lograr, tuve muchas dudas, estuve a punto de salirme del proyecto porque tenía miedo que afecte mi salud, ya soy un hombre de 53 años, no soy ningún jovencito… Yo mismo estoy impresionado”, comenta Ortiz, horas después de completar la hazaña.
“En la parte física estoy muy bien, la que me jugó pasadas turras fue la parte mental porque son cinco, seis horas todos los días de estar pedaleando… Es una guerra en tu mente, de seguir, de parar, de retirarte. El cuerpo también sufre, no le voy a mentir, pero allí uno tiene que manejar las emociones. Es muy intenso el tema”, añade.
Cada día pedalear alrededor de 100 km no fue sencillo. “Creo que ya sé lo que siente Richard Carapaz cuando hace las de 21 días con sus piernas”, indica Ortiz, quien además de la distancia tuvo que enfrentar a sus dos más grande pesadillas: las subidas y el calor, dos factores que no faltaron durante todo el desafío.
“Talvez para una bicicleta de una persona con piernas no es una súbita tan fuerte, pero para alguien que va con los brazos y tiene que subir 85 kilos como en mi caso, créase que es una hazaña heroica, es brutal”.
En el quinto día, durante la ruta Pedernales-Bahía de Caráquez, tuvo la experiencia más dura. Con el equipo de apoyo tomó una decisión que no estuvo en la planificación.
“Nos cogió el mediodía, no había una sola nube. Iba en plano y sin mucha potencia, pero el corazón iba como si estuviera dándole a full”.
Después de una recta, “desfallecí”, dice Ortiz porque observó que debía enfrentar una subida que le iba a tomar por lo menos 45 minutos a su ritmo.
“Vi en mi Garmin, que lleva todas las estadísticas de mi bicicleta y también la temperatura, y ese rato estaba cerca de los 40 °C, era un sol intenso y como voy tan bajito en el handcycle pues yo sentía que me estaba haciendo un puerquito a la barbosa porque me quemaba el sol y me quemaba el asfalto…, no aguanté”.
Las condiciones extremas del momento llevaron a que abordara el carro de abastos. “El compromiso era que íbamos a hacer (el reto), pero jamás a poner en riesgo mi vida, no tenemos que mostrar nada a nadie, además ya lo hicimos… Me subí al carro, andamos unos 8 km y gracias a Dios ya hubo unas nubes… La ruta era como de 112 km, hice 104. Si hubiera hecho completa capaz no seguía el siguiente día”.
¿A qué ritmo iba Esteban? “Técnicamente, yo vine en mi zona 2 de potencia, en mi caso es entre 80 a 100 vatios. No me podía pasar de eso si quería aguantar todos los días. Mi corazón tampoco podía pasar de los 140 latidos por minuto… Había subidas que me tomaba dos horas y media, pero tenía que ir a mi ritmo, si me desesperaba, marcaba calavera como se dice”.
Holguín completó más pronto el recorrido “porque es más delgado, pesa 25 kilos y sube más rápido. Él es como Richard Carapaz y yo soy como Mark Cavendish, me gusta más el plano porque lo mío no es la subida”.
Pese al dolor de cabeza y de espalda que tenía por tantas horas de estar sentado en el handcycle, Ortiz se expresaba emocionado por la experiencia vivida.
Entre los momentos que más disfrutó fue encontrarse con niños que nunca habían visto un handcycle y se maravillaban al verlos pedalear con los brazos.
Cuenta como anécdota que en Esmeraldas un grupo de seis infantes respondió un ¡Nooooo! cuando les preguntaron si los atletas paralímpicos llegarían a Huaquillas. Fue algo que les sacó una sonrisa.
Ahora que completaron el reto ya piensan en la segunda fase. “No queremos que pase mucho tiempo porque estamos en buen estado físico. Tentativamente la vamos a hacer el 15 de septiembre… Será una etapa mucho más dura, es menos kilómetros, pero tenemos que subir como 10.000 metros de altura, más que el Everest. Salimos de Puyo, coronamos Chimborazo y llegamos a Guayaquil, queremos recorrer tres regiones del país”.
Ortiz se tomará unos días para estar con su familia y atender asuntos pendientes en su trabajo. Está motivado porque siente que lo que buscaron con el proyecto, dio resultado.
“Hacer algo inédito como lo que hemos hecho, solo así llamamos la atención que las personas con discapacidad somos capaces de todo, que la sociedad no tiene que marginarnos, no tiene que mirarnos con pena, simplemente darnos oportunidades y accesibilidad de condiciones como el resto porque somos capaces de hacer cosas que muchas personas normales no lo harían”.
Todo quedará documentado a través de un filme que será producido por Jeff Karram. “Queremos que se visibilicen las personas que han sido abandonadas, los que no tuvieron la suerte que yo tuve de tener una vida nueva, de tener mi auto, mi handcycle. Yo soy agradecido con Dios por eso, pero quiero dar a las otras personas que no tienen”.
Con el documental también quieren mostrar la riqueza turística del país. “Tenemos un diamante en oro y no lo sabemos explotar. El turismo debía ser la primera fuente de ingresos de este país y no es así a veces por las carreteras, porque no hay la cultura del turismo y cosas por el estilo”.
Ortiz y Holguín entrenaron para esta hazaña desde 2019, después de su participación en los Juegos Parapanamericanos de Lima. (BST)-(D)