Varias ciudades europeas reclamaron asumir un papel activo en la acogida de refugiados de Afganistán y pidieron a Estados y ciudadanos de la UE estar a la altura del reto que ha planteado la crisis de ese país.
«La ciudades francesas y europeas podemos coordinarnos» en esta labor, afirmó la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, en una conferencia organizada por su Ayuntamiento y en la que participaron regidores de Bruselas, Barcelona, Valladolid, Lille y Palermo, así como refugiados afganos y responsables de ONG afganas y europeas.
Hidalgo pidió solidaridad y generosidad a la hora de acoger a los afganos que han tenido que abandonar su país en las últimas semanas y a los que lo harán en un futuro próximo.
«No podemos abandonar a las mujeres afganas, no podemos abandonar a esas niñas», ya que su destino bajo los talibanes «se acerca mucho a la esclavitud», apeló.
Además, Hidalgo urgió a no endurecer las normas de la Unión Europea sobre la acogida de refugiados, algo que ya están proponiendo algunos Estados miembros de la UE.
El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, coincidió en que las ciudades pueden aportar los recursos para ayudar a los refugiados afganos y explicó que hay una asociación de ciudades españolas que ya ha ofrecido su red al Gobierno de su país.
Puente destacó que «las ciudades son pioneras» en esta cuestión y recordó que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, señaló que esta crisis «nos ha recordado hasta qué punto es urgente lograr un acuerdo sobre inmigración en la Unión Europea sobre los principios de igualdad y de solidaridad».
La adjunta a la alcaldía de Barcelona, Laura Pérez, recalcó por su parte que su ciudad ha destinado ya 50 plazas de acogida, «especialmente para niñas y mujeres».
Además de la iniciativa municipal, destacó que más de cien familias han contactado al Ayuntamiento para ofrecer sus casas para albergar a estos refugiados.
La presidenta de Amnistía Internacional Francia, Cécile Coudriou, recordó las «terribles violaciones de los derechos humanos y de las mujeres, de las minorías étnicas y religiosas y de la comunidad LGTBI» durante el primer mandato de los taliban, entre 1996-01.
Los taliban tienen una «ideología mortífera», afirmó Coudriou, quien advirtió de que nadie debe hacerse a la idea de que ahora haya «una versión ‘ligth’, que no existe».
El secretario general de Reporteros Sin Fronteras, Christophe Deloire, destacó que Afganistán, que fue «el país más mortífero para los periodistas», tenía antes de la toma del poder por los taliban «protocolos legales» de defensa de la profesión y «un paisaje mediático creciente».
También dijo que «de las 700 mujeres periodistas activas en Kabul antes del 15 de agosto, menos de 100 siguen trabajando». EFE