El concurso público para seleccionar a tres jueces que renovarán la actual Corte Constitucional inició hace meses y ya tenemos resultados. Los candidatos fueron promovidos por las funciones Ejecutiva, Legislativa y de Transparencia, ocho en total y tres de ellos con los puntajes más altos: Richard Ortiz Ortiz (Función de Transparencia), Jhoel Escudero Soliz (Ejecutivo) y Alejandra Cárdenas Reyes (Función Legislativa) quienes serán posesionados esta semana.
Como es costumbre en el país, el concurso es defendido por los organizadores y los ganadores, cuestionado por los perdedores, criticado según sean afines o no a los concursantes, unos lo harán con razones, argumentos y documentos, otros por no haber sido elegidos para concursar, y otros por la suspicacia de que desconfiar es transparentar. El debate sobre los asuntos de interés público es válido y se respeta, los ciudadanos están llamados a involucrarse, asentir y disentir.
Quienes ganaron deben tener plena consciencia de que a partir de su posesión dejan de “deberse” a la función, al académico, y/o al político que los postuló, mantenerse independiente de ellos y actuar apegado a la norma constitucional y a su conciencia es lo que los ciudadanos exigiremos.
Como lo sostuvo Sócrates “cuatro características corresponden al juez: escuchar cortésmente, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente.” Que sepan de una vez, que solo su actuar, les dará la legitimidad en su cargo, eso que es atributo de unos pocos en el sector público. (O)