La crisis global liquida la vida en la Tierra, contamina los alimentos, el aire, el agua y todo espacio por más distante que esté. Los cálculos nos muestran que para el año 2050, los océanos contendrán más plásticos que peces. Esto tiene sabor apocalíptico y aroma de colofón. Pensar que los hoy populares plásticos empleados en todo y usados por todos, no son degradables y ocasionan una verdadera tragedia en muchos órdenes. Sólo abramos los ojos a nuestro alrededor: ríos, lagunas, carreteros, calles, plazas y mercados, tierras de cultivo, estanques, hogares, etc. están inundados de estos materiales que sirven para sólidos, líquidos y gases, y además paga el consumidor. Se puso precio a todo, menos a la naturaleza, de la cual creímos era eterna e inagotable. Cada año se producen más de 400 millones de toneladas de plástico en el mundo, y apenas un 9% de los desperdicios se reciclan. Esto posibilita que los plásticos se desintegren a partículas no mayores de 5 micromilímetros que permiten ingresar en la cadena alimenticia y entonces a nuestro cuerpo. Según la WWF, en 2019 citó que una persona en promedio come plástico en cantidad equivalente a una tarjeta de crédito por semana.
Muchos materiales empleados en el campo alimentario, son innecesarios, pero la moda los impone y la comodidad los oferta, sin que tengamos conciencia alguna de que estamos cavando nuestra propia tumba. Además, la vida silvestre está siendo agredida por materiales que no fueron diseñados para estar en la naturaleza, sin embargo llegaron y a manera de un grillete condenan a la muerte a indefensos seres cuyo único pecado es existir. Sembremos respeto en base a legislar con responsabilidad y educar a la población. El futuro depende estrictamente de lo que hagamos hoy, ¿qué ocurrió con la legislación sobre el uso de fundas plásticas? (O)