El Carbono es uno de los elementos químicos de la tabla elaborada por el científico ruso Dmitri Mendeléiev en 1869. Este singular elemento, se combina con Oxígeno, Hidrógeno, Nitrógeno, con otros átomos de carbono y así genera la estructura de toda molécula orgánica. A manera de ejemplo, citaríamos que toda sustancia o compuesto vinculado con la vida, posee carbono, así los ácidos nucléicos, las proteínas, las enzimas, los azúcares, las hormonas, las grasas, las vitaminas, etc. La Química adquirió el nombre de Orgánica por el reconocimiento al infinito número de compuestos que forma este mágico elemento tetravalente, gestor de cadenas y compuestos de conducta prolífica o ubérrima.
En la industria farmacéutica, el desarrollo de la Química Orgánica es la esencia y columna vertebral, también en la industria de plásticos y fibras sintéticas, los fertilizantes y explosivos, los aceites, pinturas, papel, tintas, neumáticos, insecticidas, etc.
La Huella de Carbono, hace referencia a la medición del impacto ambiental que ejercen los gases de efecto invernadero generados por nuestras actividades y medidos en toneladas de CO2.. El mayúsculo problema surge de los combustibles fósiles y quemas muchas veces innecesarias de origen antrópico como los incendios forestales, en una sociedad ajena a la conciencia ambiental y saturada por explosión demográfica, cubierta de inequidades con ausencia de educación.
Son agentes antrópicos y causales del fenómeno, todos los vinculados a producir contaminación, uso de automóviles, ganadería, industrias, consumo de energía, la basura, deforestación, incendios forestales, el negocio de la guerra, etc.
Lo importante e impostergable es contrarrestar este fenómeno, mediante la reforestación, son los nobles árboles los seres que comen carbono y lo transforman en madera, frutos, diferentes resinas y producen el oxígeno para la respiración. (O)