En entrevista concedida a diario El Mercurio en días pasados, el coronel retirado del ejército, Mario Pazmiño, experto en seguridad, ha expresado su preocupación por la situación actual del crimen organizado en la región sur del país y de manera particular en Cuenca. A más de abordar la realidad a la que se afronta en la actualidad la ciudad, alerta sobre la necesidad de implementar medidas anticipadas que impidan, en un futuro, a lo mejor no lejano, que, hechos de violencia como el sicariato, acciones delictivas como el lavado de activos o implementación de redes para el microtráfico, se tomen la ciudad y la región, y desborden cualquier capacidad de respuesta.
De acuerdo al análisis del experto, cuyos argumentos compartimos en buena parte, es necesario que, tanto las autoridades regionales como las organizaciones sociales empiecen a delinear acciones conjuntas, tendientes a evitar el crecimiento o la expansión de ciertas actividades ilegales que, al momento, ventajosamente, parecen no ir más allá de situaciones aisladas y susceptibles de control. ¡Ojalá no estemos equivocados al respecto!
Hablando de prevención, y siguiendo la vieja y desusada práctica de intentar aparecer como “pobres”, el “innombrable” ha convocado a una especie de cruzada internacional para recolectar fondos para la compra de medicinas que, según el “dramático” pedido, requiere el detenido Jorge Glas como parte de un tratamiento médico. Me recuerda, y no se si estoy mal acordado, cuando el mismo ciudadano convocó a una recolección de fondos para “pagar” a los abogados del ex contralor Polit, en los EE. UU, aduciendo que sus honorarios eran “carísimos”. Y por ello me entero de que “se han reactivado” las centrales políticas de la RC5 “allende los mares”, como las islas Aleutianas, las Curiles, las de Hawái, las de Pascua, las Malvinas, las Canarias, las de Indonesia, las Fiji, las Maldivas, las Feroe, etc. Aunque pensándolo bien, más fácil sería que se solicite una colaboración a los herederos de Ricardo Rivera, tío finado de Glas, quién fue sentenciado como uno de los operadores del escándalo Odebrecht y a quién el dinero mal habido no le sirvió para nada. (O)
