Mientras las principales ligas europeas, desde LaLiga en España hasta la Serie A en Italia, detienen su actividad por el receso invernal, en Inglaterra el fútbol no solo se mantiene en marcha. Este deporte alcanza uno de sus picos emocionales. El 26 de diciembre, conocido mundialmente como el “Boxing Day”, es la fecha más especial del calendario de la Premier League.
En esta jornada, la nostalgia de la Inglaterra victoriana se fusiona con la intensidad del fútbol moderno. Así da lugar a un espectáculo que paraliza al Reino Unido y cautiva a millones de aficionados alrededor del mundo. El “Boxing Day” no es solo fútbol: es identidad, tradición y memoria colectiva.
Etimología
Contrario a lo que podría sugerir su nombre, el “Boxing Day” no tiene relación con el boxeo. Su origen se remonta al siglo XIX, durante el reinado de la reina Victoria. Existen dos teorías principales sobre su denominación. La primera sostiene que las iglesias abrían las cajas de limosnas recolectadas durante el año para repartirlas entre los más necesitados. La segunda, considerada la más aceptada, señala que los aristócratas entregaban cajas a sus sirvientes y comerciantes. Estas cajas contenían regalos o alimentos sobrantes el día posterior a la Navidad, permitiéndoles visitar a sus familias.
Más allá de su origen exacto, el concepto de dar y compartir se trasladó con el tiempo desde los hogares hacia los estadios. Lo que inicialmente fue una jornada de descanso y gratitud para la clase trabajadora, evolucionó hasta convertirse en un fenómeno de entretenimiento masivo.
La relación entre el fútbol y esta festividad es casi tan antigua como el propio deporte. El primer encuentro registrado un 26 de diciembre data de 1860. Entonces, el Sheffield FC se enfrentó al Hallam FC, en uno de los duelos pioneros del fútbol organizado.
Fundación
Con la creación de la Football League en 1888, disputar partidos durante las festividades se convirtió en una práctica habitual. Lo hicieron aprovechando los días libres de los trabajadores. En las primeras décadas, era común que los equipos jugaran partidos consecutivos. Uno el 25 de diciembre y otro el 26, intercambiando localías. No fue sino hasta mediados de la década de 1950 cuando los partidos del día de Navidad dejaron de disputarse. Esto ocurrió debido a problemas logísticos y de transporte. Desde entonces, el “Boxing Day” quedó consagrado como la jornada central del fútbol navideño inglés.
Para el aficionado británico, asistir al estadio el 26 de diciembre es casi un rito de iniciación. Es el día en que muchos padres llevan por primera vez a sus hijos a las gradas. Además, familias enteras, aún con el espíritu de la Navidad presente, se reúnen para alentar a sus clubes. Desde el plano deportivo, el “Boxing Day” suele marcar un punto de inflexión en la temporada. Existe un axioma no escrito en la Premier League: el equipo que lidera la tabla en Navidad tiene mayores probabilidades de levantar el título en mayo. Sin embargo, la exigente acumulación de partidos, tres jornadas en menos de diez días, pone a prueba la profundidad de los planteles y la resistencia física de los jugadores. Esto genera resultados impredecibles y jornadas memorables.
Eternidad
La historia del “Boxing Day” está repleta de hazañas inolvidables. Una de las más emblemáticas ocurrió en 1963, cuando se marcaron 66 goles en apenas 10 partidos de la máxima categoría. Incluye el histórico 10-1 del Fulham sobre el Ipswich Town.
En la era moderna, la tradición ha regalado momentos icónicos, como el gol de “escorpión” de Henrikh Mkhitaryan en 2016. Se suman remontadas épicas y resultados que han terminado influyendo en la definición de títulos. (D)












