Un festín con el sabor tan singular de menudencias

En la ciudad cada vez más son los locales que se dedican exclusivamente a preparar estos platos típicos por el gusto de los clientes.

Andrés Rojas y Mauricio Proaño son dos jóvenes quiteños que llegaron a Cuenca para vender mollejas en su local. Traen los secretos culinarios de la capital de la República. XCA
Andrés Rojas y Mauricio Proaño son dos jóvenes quiteños que llegaron a Cuenca para vender mollejas en su local. Traen los secretos culinarios de la capital de la República. XCA

Las mollejas y tripas, a menudo pasadas por alto, brindan una explosión de sabores únicos y una textura exquisita que deleita a los paladares más exigentes.

Los emprendedores han puesto su atención en estos platos típicos para venderlos en distintos sectores de la ciudad.

Precisamente, se han formado una especie de rutas donde se encuentran estas delicias como una nueva alternativa para disfrutar de los alimentos.

Las personas que apuestan a esta actividad han invertido tiempo y recursos para implementar sus negocios donde, en algunos casos, se conjuga la creatividad para hacer de sus instalaciones y la forma de servir estas delicias una experiencia diferente.

Amistad para implementar negocio

En los bajos del edificio Toledo, ubicado en la avenida 12 de Octubre a pocos metros de llegar a la Don Bosco, funciona el local “El Barón de las Mollejas”.

Se trata de un negocio de dos jóvenes quiteños, quienes adquirieron la franquicia de un amigo de ellos que vive en la capital de la República para emprender en Cuenca.

Mauricio Proaño y Andrés Rojas llevan más de 25 años de amistad, se conocieron en la escuela, se separaron en el colegio y se volvieron a encontrar en el 2017 cuando se realizó una reunión de exalumnos.

A partir de entonces no se han vuelto a separar por la confianza que se tienen que hizo que se conviertan en socios para iniciar hace dos años su negocio.

Andrés asegura que cambiaron de ciudad porque en Cuenca no se vendían las mollejas como en Quito. Ellos las preparan con trocitos de cuero, lomo, pollo y chorizo que las acompañan con mote, papas, maduros y ensalada.

Tripa mishqui, plato tradicional

Luis Gordillo tiene en la avenida 10 de Agosto y Ricardo Muñoz una “hueca” para vender tripa mishqui. XCA

Las personas que caminan en las noches de los miércoles, jueves y viernes por la avenida 10 de Agosto y Ricardo Muñoz no pueden resistirse a la tripa mishqui que se vende en una vivienda del sector.

Este inmueble funciona además en el día como ferretería y los fines de semana como un comedor de platos típicos.

Luis Gordillo, quien tiene 60 años de edad, es su propietario. Luis aprendió la receta de sus padres; sin embargo, desde hace cinco meses aproximadamente decidió vender esta delicia y con planes a futuro de incursionar también en la preparación de las mollejas.

Las tripas las asa en una pequeña parrilla que da hacia la acera. Así los transeúntes pueden mirar como las prepara en este local que por sus características se convierte en lo que popularmente se nombra como ”hueca” para comer algo sabroso a costos razonables.

Parrillada argentina

Héctor Dahur muestra uno de los platos que prepara en su local «El Gaucho». XCA

En la avenida Remigio Tamaríz y Federico Proaño está la parrillada “El Gaucho”. Su propietario es Héctor Dahur, quien tiene un récord por haber recorrido en caballo junto a otro paisano desde su natal Argentina hasta los Estados Unidos (EE.UU.) demorándose más de tres años.

En su trayecto se enamoró de Cuenca por lo que decidió años más tarde de la proeza radicarse en la ciudad. Lo hizo con un negocio de asados que inició hace 20 años.

Héctor, entre la variedad de asados que realiza, están las mollejas y las tripas a las que llama también chinchulín.

Para él, estas partes de la res son muy apetecidas en su país. “Ahora, en Cuenca se han convertido en platos apetecidos porque mucha gente está viajando a Argentina, come estos platos, y cuando regresan al Ecuador tratan de encontrar algo similar por su sabor”, comenta.

En su negocio existe la particularidad que se vende no solo las mollejas a la parrilla, sino también en vino blanco.

Las venta de estos platos representa la diversidad gastronómica que se encuentra en la ciudad. Cada vez más la comida en un ambiente distinto resulta un atractivo turístico.

DETALLES

3 locales se consideraron por la variedad, manera y calidad de preparar estas delicias al carbón que gusta a los cuencanos.

Los platos de mollejas o tripa mishqui se venden desde los 2,50 dólares en adelante. El precio varía de acuerdo a la cantidad y acompañados.

Los locales que se dedican a este giro gastronómico, generalmente abren sus puertas desde la tarde hasta las 22:00 o más dependiendo de la cantidad de clientes.

Las personas, quienes se dedican a su preparación tienen sus secretos culinarios para que su sabor resulte más sabroso de lo normal.

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