Chino, nos vemos luego

Nicanor Merchán Luco

OPINIÓN|

El viernes antes de ingresar al seguro me llamó el chino, estaba muy mal y me dijo “hermano hasta aquí llegué, estoy entregando el equipo, cuídate, un abrazote mi querido hermano. Adiós”. Un momento de suspenso inevitablemente nos pusimos a llorar, se fue y el teléfono se cortó. Un sabor amargo y un nudo inevitable se quedó en nuestras gargantas, un puñal se clavó en el corazón. Quince días después el Covid se lo llevó. Hoy el chino habrá formado una cordada con Julio Guevara y Wilson Serrano, seguro viajarán por las cumbres y por su amada Torres del Paine, él pensó vivir sus últimos días en la Patagonia. Adoraba la naturaleza y el paisaje le sobrecogió por eso tomó miles de fotos.

Hace no más de 30 días festejamos nuestros 55 años de montañismo en Tres Cruces de El Cajas trotó hacia la cumbre del Paragüillas y dijo estoy bien, preparémonos para el Chimborazo y eso estábamos haciendo. Toda la vida tuvimos el sueño de tener una cabaña en El Cajas. Fue un amante de las montañas y con su físico envidiable no se detuvo ante nada, fue un excelente andinista. Gran lector y como sociólogo le preocupó el desarrollo del país. Adoraba la fotografía, no se movía sin su cámara. Le encantaba acampar y hacer cumbres en solitario, con su mochila se perdía en las montañas.

El chino se fue antes de hora, no pudimos cumplir con muchos sueños. Qué triste, él siempre confió en su extraordinaria fortaleza y en esta ocasión pensó que no era nada grave y dijo “ya pasa hermano, ya pasa, hasta tanto entrena para salir la próxima semana”. Se equivocó, se fue. Cuántas aventuras chino, cuántas alegrías juntos, cuántas tristezas juntos, cuántas tormentas juntos, infinitos amaneceres juntos en estos 55 años de estrecha amistad. “Al café de altura” ahora a la madrugada iré solo a encontrarme contigo. Qué duro tener que cortar la cuerda y dejarle caer para que se eleve y eleve a las cumbres. (O)