El ocaso de la verdad

Hernán Abad Rodas

En toda la historia del ser humano en particular y de los pueblos en general, la verdad ha sido considerada como uno de los supremos valores humanos, así lo han pregonado los grandes maestros de la humanidad.

En mi criterio, es tan grave la crisis política, ética y moral en la que nos encontramos inmersos, que conceptos y palabras nobles como: VERDAD, libertad, justicia, independencia, paz, democracia, revolución, humildad etc. actualmente son irresponsablemente utilizadas para camuflar la mentira y enaltecer las bajas pasiones, como: la vanidad, el orgullo, la codicia, el abuso del poder etc.

Un sacerdote hacía el relato de ese encuentro histórico y sobrecogedor, entre Jesús y Pilatos, entre el mundo trascendente del espíritu y el prosaico de la política. El predicador terminaba el relato con la declaración de Jesús: “para eso he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad”; con un tono de tristeza acentuaba que Pilatos preguntó: ¿y qué es la verdad?, pero que no se interesó en la respuesta.

El mundo entero está escandalizado por el ocaso de la verdad. A la mayoría no le interesa y los malvados aprovechan de las circunstancias para equiparar la verdad con la mentira, para crear verdades paralelas, verdades oficiales, verdades relativas.

Los gobiernos dictan leyes para controlar la difusión de discursos de odio, racismo o fascismo que circulan al amparo del anonimato; pero la preocupación de los líderes implica el riesgo de que se imponga la verdad de los políticos o las empresas tecnológicas que gobiernan el mundo.

Un día no muy lejano, la mentira y la falsedad se convertirán en la tumba política y moral de quienes continúan ocultando la verdad, y que aún siguen haciendo presencia y participando en el funeral de la verdad.

No seamos como aquellos que, sentados al lado del fuego, miran como se apaga, y soplan a continuación en vano sobre las cenizas muertas. Despojémonos del tenebroso e indignante manto de la docilidad perruna, luchemos para que la verdad salga a la luz con todo su esplendor. La verdad es como todas las cosas bellas de este mundo, no revela sus secretos sino a aquel que ha sentido la influencia de la mentira.

La verdad es la promotora de la vida, dignifica, ennoblece y simplifica nuestro trato personal. (O)