El dinero cumple tres funciones en la economía: unidad de valor, medio de cambio y depósito de valor; la tercera es susceptible de una distorsión que condiciona procesos inflacionarios y recesivos en todo el sistema.
La función depósito de valor puede degenerar en prácticas especulativas y escasez de circulante, que se expresan en un proceso inflacionario sostenido.
Una economía saludable privilegia un equilibrio entre el ahorro, el crédito de inversión y el dinero circulante para estimular, desde la demanda agregada, la inversión productiva, el empleo e ingreso.
A la crisis sanitaria provocada por la pandemia del Sars-Cov2, le sucede una profunda crisis económica, que nos enfrenta con dos retos inmediatos: generar estímulos para recuperar industrias con encadenamientos significativos; y, provocar esta reactivación desde modelos que garanticen la prevención de nuevos brotes de la enfermedad.
El concepto de encadenamiento refiere a la cantidad de segmentos y actividades que se relacionan dentro de una industria, en tanto mayor cantidad de encadenamientos genere una actividad, mayor su aporte a la reactivación económica.
El turismo es una industria con alto potencial de encadenamiento de actividades en escalas igualmente diversas, sin embargo, según organizaciones dedicadas al estudio del turismo global, su proceso de recuperación será lento y de largo plazo, coyuntura ante la cual es preciso buscar alternativas viables.
El turismo interno no representa el ingreso de divisas al país, pero puede provocar un interesante sistema de reinyección rotativa de los flujos existentes, provocando sistemas de rotación del dinero que estimulen, desde la demanda agregada la inversión productiva, el ingreso y empleo en otros segmentos de la economía. (O)
