Votos

Estéfani Chalco Salgado

Nuestro voto ejerce una opinión y la voluntad que tenemos sobre alguien, como un candidato; o algo, como un partido, o una medida. Es un derecho que nos faculta a decidir sobre el destino de nuestro país, los líderes que nos representarán ante el mundo y tendrán la ardua labor de obrar por nuestro bien y el desarrollo económico y social de Ecuador.

Pero demostrar nuestra preferencia en un voto debe acompañarse de una reflexión sobre qué deseamos, y qué compromiso ejercemos con ese candidato. No es simplemente rayar una papeleta. Es responsabilizarse con el hecho de elegir a alguien y poner nuestra confianza en esa persona para actuar con inteligencia y humanidad.

Ahora bien, hay mucho más para interiorizar sobre lo que realmente conlleva este derecho. Desde tiempos bíblicos, los votos van más allá de manifestar un parecer y se transforman en profundos compromisos con lo que hacemos, decimos o hacia quien lo dedicamos. En distintos pasajes de la Biblia podemos encontrar menciones sobre los votos. “Lo que salga de tus labios cuidarás de cumplirlo” dice el libro de Deuteronomio, 23. El pago del diezmo, surge de un voto de Jacob en el Génesis.

También podemos irnos al espectro de la ley de atracción y valorar el poder de las palabras cuando se emiten para vibrar en energía con el universo y recibir lo que decretamos o pedimos. Pero ¿qué hay de lo que prometemos? Dejar algo en el aire, dicho, asumido, escuchado por otros, y no cumplirlo, nos trae también cierto karma o negatividad.

Esto a su vez se liga a las ofrendas. Hacer un voto de entregar algo como agradecimiento a una petición cumplida, pide otro cumplimiento. Hay votos ante el sacramento de bautismo, cuando como padrinos hemos de guiar al niño por un camino cristiano. Hay votos de ordenación, cuando un sacerdote promete dedicar su vida a Dios. Hay votos en un matrimonio cuando prometemos una vida de fidelidad, amor y apoyo aún en los momentos más difíciles. Y hay votos políticos, cuando el candidato nos ofrece un país unido, seguro, y desarrollado para su pueblo.

Todo contexto sobre los votos, es asumir un compromiso, ya sea desde lo político, lo económico, o el corazón. Los votos van en doble vía. Desde arriba y desde abajo.  Han de cumplirse siempre y en nosotros está hacerlos con sabiduría y dignidad. (O)