La selva devora todo

Nicanor Merchán Luco.

Hace poco se dio a conocer que los arqueólogos han descubierto una densa red de ciudades interconectadas por caminos que han estado escondidos bajo el denso bosque o más bien dicho en la selva en el valle del Upano. Este asentamiento tiene al menos 2.500 años de antigüedad; dice el texto, un reportaje de diario El Universo, que el arqueólogo Sthepen Rostain descubrió hace ya mucho tiempo una serie de montículos de tierra y de caminos enterrados que yacían bajo el bosque. Este asentamiento fue ocupado por el pueblo Upano aproximadamente 500 a.C. al 600 a.C.

Estas ruinas se pudieron identificar bajo la tecnología de sensores laser LiDAR, el que se despliega desde el aire mediante un dron que puede identificar los objetos de superficies eliminando la capa de bosque que los cubre. Se puede eliminar la capa de superficie como por ejemplo bosque o agua y ver lo que existe, así en el Upano al eliminar mediante el láser los bosques aparecieron las ciudades y los senderos y se pudo establecer que existieron caminos entre 10 y 20 Km., así como plazas centrales, edificaciones residenciales, ceremoniales, rodeadas de campos agrícolas y canales de riego.

Sólo con la nueva tecnología de láser se pudo encontrar estas ruinas que el bosque y la selva les habían devorado. Los árboles y arbustos en una asociación vegetal pueden en poco tiempo cubrir extensas áreas sin permitir que se las pueda identificar. Las copas de los árboles de la superficie pueden ser muy frondosas y cubrir cualquier ruina arqueológica, así el bosque nuevamente se constituye en provisor de agua y genera más oxígeno controlando la erosión y empieza a la recuperación del suelo y una vez más con una rica flora y fauna. (O)