Mientras Ecuador no ha podido borrar esa imagen de inseguridad y violencia, a nuestro flamante Presidente se le ocurre mandar a su compañera de fórmula a Israel. Para nuestra máxima autoridad es necesario que nuestro país actúe como un mediador de paz, entonces, me afloran varias inquietudes.
Podemos llevar paz a otro país, cuando el nuestro todavía sigue roto con tanta delincuencia organizada e inseguridad. El país tiene los recursos económicos para mantener a la Vicepresidenta de la República del Ecuador en Israel ¿haciendo qué? y ¿cuáles serán los logros por los que ella cobrará su sueldo mensual? Sabiendo que el período es corto ¿cómo a este binomio que recién empieza su accionar político, se le ocurre priorizar necesidades externas?
Acaso los Daniel de cartón son solo una forma simbólica de estar presente cuando sus políticas parecieran estar lejanas a atender las necesidades de la población ecuatoriana. Será que los Daniel de cartón al igual que el gobierno de los zapatos rojos, el mandato les está quedando grande y su plan de trabajo se centrará en simples promesas de temporada.
Es emergente reclamar resultados. Al final de todo, su discurso va enfocado en servirnos, pero servirnos en ¿qué? y ¿cómo? porque aún, no está claro cómo desarticular las mafias organizadas que imperan como Pedro por su casa.
Si a los funcionarios públicos se les evalúa cada año para que ejerzan sus cargos, entonces a las autoridades y todo su equipo de asesores, deberíamos requerirles resultados a través de métricas y metodología de trabajo, que evidencien su gestión. Si el pueblo demandara resultados al presidente, no se le hubiera ocurrido enviar a su binomio a trabajar por la paz cuando nadie nos ha dado ese papel de samaritanos. Primero hay que poner en orden la casa y luego todo lo demás. Sin está lógica, toda acción resultará una pérdida de tiempo, recursos y dinero. Mientras tanto, nuestra vicepresidenta tiene como plazo hasta hoy cumplir el Decreto Ejecutivo número 27. (O)