¿Qué es la civilización?

Kropotkin dijo que la cooperación es la ley de la civilización mientras que la competencia es la ley de la selva. Vivimos en esa selva, desde niños nos enseñan a trabajar aisladamente, uno contra otro, nos entusiasman con la disputa, y nos entrenan para ganar. La pugna de poderes y micropoderes en todo ámbito y en todo nivel, entonces, no debe asombrarnos. Pero la mejor maestra no es la victoria, sino el fracaso. Nadie quiere fracasar, así que gustoso nos enrumbamos en la senda de la contienda eterna, unos contra otros. Ése es el verdadero motor de un movimiento sinsentido al que llamamos progreso, aunque la evidencia científica haya agotado los ejemplos que indican que, a pesar de la obvia imposición del más fuerte sobre el más débil, una especie solo progresa, subsiste, se adapta y evoluciona gracias a la cooperación entre sus individuos. La imposición del más fuerte sobre el más débil solo es un momento de un proceso mayor donde el solitario perece y el colectivo permanece porque logra generar condiciones superiores de organización. Pero lo paradójico es que estemos en medio de una “civilización” que desdice sus fundamentos y apela a la competencia, al vicio privado, a la ambición, al desaforado instinto reptiliano como motor del desarrollo. Esto sin duda conduce a lo contrario, a la desfiguración social, a la debacle civilizatoria, y nuevamente a la ley de la selva donde simple y sencillamente dejamos de ser seres humanos. (O)

Dr. Sebastián Endara

Ph.D. Quito, 1978. Ensayista, poeta, docente universitario. Especialista en Pedagogía política y pensamiento social. Editor en Jefe de las revistas científicas de la Universidad Católica de Cuenca.

Publicaciones relacionadas

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba