Los ecuatorianos podrían volver muy pronto a las urnas.
La Asamblea aprobó el proyecto de reforma parcial al artículo 5 de la Constitución con 85 votos del sector oficialista y de sus aliados.
Con eso, el Ecuador permitirá la instalación de bases militares extranjeras dentro de su territorio o ceder las existentes.
Así lo aprobó el pueblo en la consulta realizada en abril de 2024 a raíz de la propuesta hecha por el presidente Daniel Noboa, argumentado el combate al crimen internacional.
Una vez consolidada la Ley en la Asamblea, el paso siguiente será la Corte Constitucional (CC).
Le corresponderá aprobar o no el texto a remitirle la Asamblea. Si da el visto bueno, el Consejo Nacional Electoral tendrá 45 días para convocar a referéndum.
En democracia, dicen, el pueblo puede y debe ser convocado cuantas veces sea necesario para consultarle, se sobrentiende, sobre temas importantes, urgentes, no cualquier novelería como ha ocurrido en el pasado.
Noboa, en el tramo final de su campaña prometió convocar a Asamblea Constituyente; pero, según deja entrever, apunta a reformas parciales de la Carta Magna, tal como lo han sugerido amplios sectores ciudadanos.
Pero, ¿conviene un nuevo referéndum solamente para aprobar la reforma al artículo 5 de la Constitución, o aglutinar otros cambios estructurales, entre ellos la eliminación del Consejo de Participación Ciudadana?
Como este último, existirían varios artículos constitucionales proclives a reformas para adecuarlos a la actual realidad nacional, incluso mucho más importantes al aprobado en la Asamblea; pues, la tecnología actual suple con creces la instalación de bases militares extranjeras para combatir al crimen organizado.
Si es así, como en efecto lo es, bien haría en elaborar un solo paquete de reformas para consultar al pueblo, un pueblo desde hacía muchos años fatigado y hasta desconfiado de tanto acudir a las urnas.