El juicio político contra el presidente estadounidense, Donald Trump, por sus presiones a Ucrania comenzó este martes en el Senado de EE.UU., cuyos miembros planean debatir durante varias horas sobre las reglas que gobernarán el proceso de destitución, conocido en inglés como «impeachment».
«Iniciamos el tercer juicio político para la destitución de un presidente en la historia de Estados Unidos», dijo el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, poco antes del comienzo formal del proceso en el pleno de la Cámara Alta.
El mandatario afronta los cargos políticos de abuso de poder y obstrucción al Congreso por presionar a Ucrania para que investigara a su rival, el exvicepresidente Joseph Biden, precandidato demócrata a las elecciones de 2020, y a su hijo Hunter por presunta corrupción relacionada con las actividades económicas de este último en el país europeo.
Según la oposición demócrata, Trump condicionó la entrega de casi 400 millones de dólares en ayuda a Ucrania y también la programación de una reunión con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, en la Casa Blanca a su exigencia de que Kiev anunciara que planeaba investigar a Biden.
CALENDARIO TENTATIVO
El líder de la mayoría republicana en la Cámara Alta, Mitch McConnell, pretende que el juicio político acabe lo antes posible, posiblemente la próxima semana.
La noche del lunes, McConnell emitió una resolución que será sometida a votación en el pleno tras la apertura del «impeachment».
Según el calendario sugerido por McConnell, el juicio político podría culminar a finales de la próxima semana si no se presentan pruebas o testigos adicionales y ofrecería un total de 24 horas a lo largo de dos días a los «fiscales» y a la defensa de la Casa Blanca para exponer sus argumentos, con lo que las jornadas se extenderían hasta más allá de la medianoche.
A continuación habría un periodo de preguntas y respuestas de 16 horas, seguido por un debate y una votación acerca de si se deben considerar pruebas y testigos adicionales.
Queda la incógnita si los republicanos aceptarán la presentación de nuevos testigos, entre ellos algunos claves como el exasesor de seguridad nacional Trump John Bolton, y documentos.
¿QUÉ ES UN JUICIO POLÍTICO?
A grandes rasgos, un juicio político es un proceso mediante el cual el poder Legislativo puede destituir a un presidente si considera que ha cometido un crimen.
Según refleja la Constitución estadounidense, el presidente, el vicepresidente y todos los funcionarios civiles «serán destituidos de su cargo por acusación y condena por traición, soborno u otros crímenes y delitos menores».
Dada la amplitud de la definición, el Congreso puede iniciar el proceso debido a una actividad criminal, abuso de poder o cualquier otra presunta infracción.
¿CÓMO SE INICIA UN PROCESO DE DESTITUCIÓN?
El Comité Judicial de la Cámara Baja y el de Inteligencia inician una investigación para redactar los cargos políticos contra el presidente, que son después votados por el pleno de la Cámara de Representantes.
Una vez que son aprobadas las acusaciones, el presidente de la Cámara Baja tiene que proponer los legisladores que harán de «fiscales» en el proceso, que deben ser aprobados después por el pleno.
Tras ser refrendados en la Cámara de Representantes, los «fiscales» entregan formalmente los cargos al Senado.
En el caso contra Trump, la investigación se inició en septiembre pasado y durante varios meses seis comités de la Cámara Baja llevaron a cabo esas pesquisas.
Finalmente, en diciembre pasado, el pleno de la Cámara Baja aprobó los cargos contra Trump de abuso de poder y obstrucción al Congreso.
No fue hasta la semana pasada cuando la jefa de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, propuso a los «fiscales» (en este caso siete), que fueron aprobados por ese hemiciclo y que el jueves entregaron formalmente los cargos a la Cámara Alta.
EL JUICIO POLÍTICO
El juicio político propiamente dicho se celebra en el Senado. Durante el proceso, que hoy comienza, la cámara es dirigida por el presidente del Tribunal Supremo, en este caso el juez John G. Roberts, y los senadores actúan de jurado.
Antes del comienzo del «impeachment», cada senador debe jurar, al igual que hacen los miembros del jurado en un juicio ordinario.
El jueves pasado, el juez Roberts juró como jefe de la Cámara Alta durante este proceso, en sustitución del vicepresidente Mike Pence, al igual que hicieron los senadores como miembros del «jurado».
Una vez que el «impeachment» arranca transcurre de manera similar a un juicio tradicional: los fiscales comienzan con una declaración inicial, seguida de la de los abogados del presidente.
El testimonio de testigos ante el Senado es posible, pero en el caso del juicio a Trump todavía la Cámara Alta tiene que decidir si los permitirá.
Por otro lado, no existe ninguna obligación de que el presidente comparezca durante el juicio político.
A lo largo del proceso, los senadores escuchan los argumentos, al igual que hace un jurado ordinario. Si tienen dudas, pueden enviar sus preguntas por escrito para que sean formuladas por el presidente del Senado.
Después de que cada parte exponga sus argumentos finales, comienzan las deliberaciones en una sesión a puerta cerrada y cuando acaban, el Senado vota en público y por separado cada cargo político.
Se necesitan dos tercios para declarar culpable al presidente y, si no, sería exonerado.
Los republicanos tienen la mayoría en el Senado con 53 de los 100 escaños. De manera que el juicio político contra Trump solo podría salir adelante si una veintena de senadores republicanos cambiara bando y votara con los demócratas, algo que de momento parece poco probable.
Además, existe la posibilidad de que el Senado pase un moción para desestimar el caso, una votación que debe ser incluida en las normas antes del inicio del proceso o propuesto por los abogados del acusado, algo que en este caso los republicanos no ven con buenos ojos pues temen que divida al partido. EFE