Pobreza

Y la peste trajo el hambre y la pobreza se instaló en América Latina y el Caribe y en nuestro Ecuador la clase media se redujo en proporciones alarmantes; según el último informe del Banco Mundial más del cuarenta por ciento de los hogares ecuatorianos reportaron tener adultos que tuvieron que saltarse una comida durante el último mes por falta de recursos mientras que casi la mitad de los miembros del hogar no pueden acceder a los servicios médicos. Cifras aterradoras éstas que obligan al vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y El Caribe ha aseverar que “La región se encuentra en una encrucijada, el retroceso de conquistas sociales que tanto costaron corre el riesgo de volverse permanente a menos que se lleven a cabo reformas enérgicas” es decir que, una vez más, la clase política tiene la obligación de ser creativa y recurrir a medidas que obliguen a detener esta caída económica en picada y con números rojos. La falta de empleo es pavorosa y lentamente la mendicidad aumenta y llega a tener rostros conocidos, las desigualdades que trajo la pandemia son incalificables, hipotecados de por vida a los grupos de poder asistimos impotentes a este apocalipsis. El empleo informal y los abusos han subido exponencialmente como consecuencia los delitos son, cada vez, más frecuentes. Un panorama que se necesita evidenciar con urgencia. (O)

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