REFUGIOS DE LA PANDEMIA (24)

// Rincón de Cultura

 
DOS FIESTAS POÉTICAS, como diría un amigo mío, que consideraba que un buen libro es una fiesta. Me refiero a POESÍA ECUATORIANA (Antología Esencial) de Sara Vanégas Cobeña, obra monumental: 560 páginas de verdadero gozo ante la producción lírica del país, que arranca en el Modernismo y llega hasta jóvenes valores, como Franklin Ordóñez y Alfonso Espinosa Andrade, que cierran el volumen. (Universidad del Azuay, 2019).

Esta Antología es la más trascendente que se haya elaborado en el Ecuador en los 10 últimos años, luego de POESÍA ECUATORIANA CONTEMPORÁNEA de Xavier Oquendo (2011).

Quizás no ha tenido la difusión que merece, pero eso no le resta un milímetro a sus dimensiones artísticas.
Verdad que toda antología corre un riesgo: que el gusto del antólogo no siempre sea el de los lectores, y que haya rasgos de subjetividad en algunas elecciones, pero cuando son grandes como esta, esos defectillos importan poco.
Les recomiendo que busquen el libro y lo disfruten plenamente.

La otra “fiesta” es más reciente -acaba de aparecer-, es el estupendo libro de Marco Tello Espinoza, CUENCA, DOS SIGLOS DE POESÍA, UNA MIRADA CRÍTICA (Municipalidad de Cuenca; Casa Editora, Universidad del Azuay, 2021), que en sus 470 páginas realiza un cuidadoso análisis de la producción de los escritores cuencanos, en el campo de la lírica, desde el siglo XVIII hasta la fecha. 

El trabajo crítico de Tello es, simplemente, admirable, por la forma cómo va ordenando generaciones, seleccionando el nombre más representativo de cada una, y el modo intenso y profundo en que se acerca al trabajo poético.

Verdad que lo que más interesa del extensísimo y hermoso libro -sin duda, uno de los  más importantes de cuantos se han publicado en el marco del Bicentenario de la Independencia de Cuenca- es la forma en que el autor sitúa a cada grupo y a sus nombres de mayor brillo, en su tiempo, las características que marcan la producción lírica en cada momento histórico, y el buen gusto crítico al elegir los materiales que sirven para demostrar sus asertos; pero la inmensa cantidad de poemas que trae la obra, nos llenan del verdadero hálito estético de los escritores cuencanos y nos fortifican en la noción de que esta ciudad es la Atenas del Ecuador. (O)

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