Destrucción

Marco Antonio Piedra Aguilera

OPINIÓN | Más claro no puede ser, todos los seres humanos podemos pasarnos la vida entera construyendo una imagen, cuidándonos profesionalmente, siendo buenas personas, haciendo las cosas correctamente, creciendo en todos los campos positivamente, pero tan solo nos faltan decisiones pequeñas o momentos fugaces para dejar de lado todo cuanto hemos logrado.

Hoy en día vivimos el fiel reflejo de lo indicado en las líneas anteriores, pues, el reconocido programa “La Posta” por efectos de querer captar algo más de atención, rebasó esa pequeñísima franja que separa lo correcto de lo incorrecto y vivió en la pantalla chica esa fase que es conocida comúnmente como debut y despedida.

Más allá de referirnos a la aceptación o rechazo de este programa, pretendemos hacer hincapié en los efectos que percibimos las personas cuando desarrollamos nuestras actividades, de cualquier índole, en el límite de aceptación social, profesional, familiar o inclusive emocional. Claro está, es muy usual que los seres humanos no sepamos identificar cuando estamos poniendo en peligro nuestro prestigio e integridad.

Es muy difícil construir una imagen, nos lleva mucho tiempo, esfuerzo y trabajo el poder desarrollar las condiciones particulares que conllevan este desarrollo, sin embargo, es más complejo el poder sostener la imagen que logramos desarrollar y que prevalezca a lo largo del tiempo; ahora, por, sobre todo, se vuelve una tarea extremadamente compleja el poder revertir el resquebrajamiento de una figura que en algún momento se construyó de la cual pudo sostener los mejores respetos. (O)

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