Dignidad política

Francisco Chérrez Tamayo

Estamos en la recta final para la elección del presidente de nuestra república, prácticamente a 14 días, y lo que debe prevalecer en los electores es el respeto mutuo, el mismo que debe estar muy lejos de las diferencias políticas, culturales, religiosas, sexuales, económicas, raciales, etc. La sociedad debe tener presente como principio fundamental, el que se debe considerar a otra persona, como igual en todas sus manifestaciones, sea cual fuere su estereotipo. La consideración, el respeto y la ética, debe prevalecer en todas las actividades de ser humano; solo así, sin revanchismos ni vendettas políticas, alcanzaremos la equidad, la unidad y el bien común, tan necesarios para que el Ecuador se pueda desarrollar con justicia y libertad. De ese modo evitaríamos la violencia, el caos y el enfrentamiento entre coterráneos, que hoy le tiene sumida en la miseria a nuestra nación. Los candidatos a ocupar el sillón de Carondelet deben manejarse con pulcritud y sinceridad, sin engañar al pueblo, presentando planes y programas factibles y sustentables, en este año y medio que les toca gobernar. Deben ser responsables y proponer formulas encaminadas a practicar un trato igualitario, a velar por las clases más pobres y desposeídas, y a tratar de solucionar en forma urgente, los problemas más álgidos por los que atraviesa el país, como son el combate a la delincuencia y al crimen organizado, el desempleo, la salud, la educación, etc. De no ser así, una vez más caeríamos en el engaño, y se verán nuevamente ultrajados nuestros derechos y nuestra dignidad. Hacemos un llamado a la entidad que controla el proceso electoral, para que no permita y sancione a cualquiera de los dos líderes políticos, que actúen en forma degradante en la campaña, con el único fin de obtener votos para alcanzar el poder. Esperemos que luego del debate de hoy, los electores recapaciten correctamente por quién dar su voto; ésta es una elección muy especial, donde se juega no solo el futuro de nuestra patria, sino sobre todo el futuro de nuestros hijos y descendientes. Señores candidatos aspirantes a la presidencia, recuerden que la DIGNIDAD POLITICA es la base fundamental para el desarrollo armónico de un pueblo.  ¡Estamos muy cansados de tanto fraude, mentira y falacia; exigimos una elección  honesta y transparente!  (O)