Después de casi dos meses sin Gobierno tras la dimisión del primer ministro Adel Abdelmahdi, miles de manifestantes salieron a las calles de Bagdad y de las provincias del centro y el sur de Irak para exigir la formación de un nuevo Ejecutivo encabezado por una figura independiente.
Después de las manifestaciones multitudinarias de la semana pasada para mostrar su rechazo a los recientes ataques de Estados Unidos e Irán en su territorio, miles de personas volvieron a salir a las calles para pedir la formación de un nuevo Gobierno independiente que trabaje para la convocatoria de elecciones anticipadas.
Desde la plaza Tahrir de Bagdad, epicentro de las protestas que estallaron el pasado 1 de octubre contra la corrupción y el desempleo, Abdelamir Saleh, de 26 años dijo a Efe que «las manifestaciones continúan y nunca pararán» hasta que se cumplan las demandas del pueblo e indicó que las cifras de manifestantes «están aumentando».
«No volveremos a nuestras casas ni abandonaremos las plazas hasta que no cumplan nuestras peticiones», dijo Saleh, destacando que una de las demandas es que las elecciones anticipadas sean celebradas bajo la supervisión de Naciones Unidas y de otros organismos internacionales.
Para la próxima semana, el destacado clérigo chií Muqtada al Sadr ha convocado manifestaciones «de un millón» para rechazar la presencia de tropas extranjeras en el país, después de que el pasado 3 de enero Estados Unidos asesinara al poderoso comandante iraní Qasem Suleimaní en Bagdad.
Tras la muerte del iraní, el Parlamento iraquí aprobó una moción para instar al Gobierno a echar las tropas extranjeras de Irak al considerar el ataque una «violación a la soberanía», mientras que la coalición internacional de lucha contra Estado Islámico suspendió temporalmente sus operaciones.
«Estamos contra las intervenciones extranjeras en los asuntos de nuestro país, condenamos y deploramos la violación de la soberanía iraquí por parte de Irán y EE.UU., por eso queremos un Gobierno no de partidos que frene la injerencia extranjera», apuntó el manifestante.
Durante las manifestaciones de hoy en la capital, muchos de los congregados levantaron pancartas de apoyo a la máxima autoridad chií de Irak, el ayatolá Ali al Sistani, que ayer tuvo que ser intervenido al fracturarse la cadera.
Con el ayatolá todavía en recuperación, los iraquíes no contaron este mediodía con el sermón semanal de Al Sistani, muy querido y respetado por autoridades y manifestantes, a los que mostró su apoyo desde el primer momento. EFE